Capítulo 4: Lejos del Dojo

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Ranma Saotome caminaba sin rumbo fijo, sus pasos resonando en el sendero de tierra bajo la luz pálida del amanecer. Habían pasado varios días desde que había dejado el dojo Tendo, y aún no sabía a dónde dirigirse. El mundo que una vez conoció parecía haber cambiado completamente. Cada paso que daba lo alejaba más del lugar que alguna vez demostró su hogar, aunque ahora sentía que ese hogar le había dado la espalda.

Los eventos que lo llevaron a esta situación se repetían en su mente como una película que no podía detener. Recordaba vívidamente cómo había sido atacado por Ryoga, Mousse y Happosai, y cómo, a pesar de sus esfuerzos por defender a Soun Tendo, todo se había vuelto en su contra. La imagen de Akane, furiosa y desilusionada, acusándolo sin darle oportunidad de explicar, lo perseguía. Las palabras que ella había dicho, rompiendo su compromiso, aún resonaban en sus oídos.

Ranma sintió una mezcla de dolor, enojo y traición. Akane no había confiado en él, no había esperado escuchar su versión de los hechos. En lugar de eso, se había dejado influenciar por los verdaderos culpables y había roto el compromiso que los unía. Ranma sabía que siempre había tenido una relación complicada, llena de malentendidos y peleas, pero nunca imaginó que la situación llegaría a este punto.

La herida más profunda no provenía de las palabras de Akane, sino de la desconfianza que ella le había mostrado hacia él. Ranma había hecho todo lo posible por proteger a la familia Tendo, y en lugar de ser agradecido, había sido acusado injustamente. El dojo, que alguna vez había sido su refugio, ahora le parecía un lugar de dolor y engaño.

En su caminar, Ranma evitaba los pueblos y las ciudades. No quería encontrarme con nadie que pudiera reconocerlo. No estaba listo para enfrentar las preguntas o las miradas de quienes lo conocían. Se sintió atrapado entre el deseo de desaparecer por completo y la necesidad de encontrar un nuevo propósito.

Los días pasaron, y Ranma se encontró acampando en un bosque, lejos del bullicio de la civilización. El silencio de la naturaleza le ofrecía un respiro de sus pensamientos atormentados, aunque no podía escapar completamente de ellos. Durante las noches, sentado junto a una pequeña fogata, su mente vagaba hacia Akane. A pesar del dolor que sentía, no podía evitar pensar en ella. Se preguntaba si estaría bien, si estaría pensando en él, o si ya lo había olvidado y estaba planeando su vida con Ryoga, como había insinuado en su arrebato de furia.

Ranma sabía que Akane había sido manipulada, que las circunstancias habían jugado en su contra. Pero eso no mitigaba el dolor de haber sido rechazado tan fácilmente. En el fondo, una parte de él quería regresar y confrontar a Akane, hacerla entender que había cometido un error, que él no era el villano en esta historia. Sin embargo, otra parte de él sabía que volver al dojo en este momento solo abriría más heridas.

Una noche, mientras el viento frío soplaba a través de los árboles, Ranma se encontró mirando el cielo estrellado, preguntándose qué sería de su futuro. Había tantas incógnitas, tantos caminos que podía tomar, pero todos parecían conducirlo a un lugar donde ya no pertenecía. Pensó en su padre, en las promesas que le habían hecho sobre el compromiso con Akane y cómo ese compromiso ahora estaba roto.

El dolor de la traición seguía siendo agudo, pero con el tiempo, Ranma comenzó a aceptar que no podía cambiar lo que había sucedido. Lo único que podía hacer era seguir adelante, encontrar un nuevo camino para sí mismo. No sabía cuánto tiempo estaría lejos, o si alguna vez volvería al dojo Tendo, pero por ahora, necesitaba tiempo para sanar, para descubrir quién era sin la sombra de los errores del pasado.

Mientras el fuego crepitaba a su lado, Ranma cerró los ojos, permitiéndose un momento de descanso. El camino por delante era incierto, pero sabía que tenía la fuerza para enfrentarlo, como siempre lo había hecho. Aunque el futuro era oscuro, estaba decidido a encontrar una forma de seguir adelante, sin importar cuánto dolor llevara consigo.

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Arrepentimiento, Nuevo amanecerWhere stories live. Discover now