Así que esto es amor Así que esto es lo que hace que la vida sea divina Estoy radiante Y ahora sé
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—¿Perdón?
Bridget, por instinto se apartó sin entender la extraña reacción del chico.
—Soy yo el que debe pedirte perdón. —la voz del castaño era delicada, nunca antes había escuchado ese tono en él. O en cualquier villano, para variar.
—¿Por qué? No me has hecho nada malo.
—Pero me he atrevido a ignorar la belleza que estaba frente a mis ojos. -con sus dedos encuadró el rostro de la pelirrosa— Un tesoro escondido a plena luz del día.
Bridget no pudo evitar que sus mejillas se coloraran. ¿Acaso la estaba halagando? ¿Por qué?
—Creo que no te sientes bien, Hook. —murmuró fingiendo que todo estaba como si nada— Creo que deberías ir a la enfermería, o regresar a tu cuarto para descansar un poco. Yo también debo irme a clases, ya voy tarde.
La pelirrosa se levantó y se dio media vuelta para salir del lugar, pero tan pronto dio el primer paso el castaño se lanzó sobre sus rodillas y la detuvo sosteniéndola de la mano. Bridget se exaltó y lo miró con intriga.
—¡No te vayas! —suplicó— No puedo imaginar pasar un solo segundo lejos de ti.
—¿Qué? ¿De qué hablas? —una risita nerviosa se escapó de sus labios— Apenas y nos hablamos entre clases. —señaló.
—Por eso mismo, quiero estar cerca de ti para cuidarte y poder disfrutar de tu compañía. —la voz tan cálida de James combinada con la gentileza que ni siquiera un príncipe podría imaginar tener cautivaban a la dulce chica— Pero solo si tú me lo permites. Si estar lejos de mi te hace sentir feliz, que así sea.
Bridget lo pensó por un par de segundos, solo para después sonreírle y ayudarlo a ponerse de pie.
—Está bien. Igual tenemos la misma clase juntos. —dijo con suavidad.
Hook dio un salto de alegría. Ofreció su brazo para que la pelirrosa lo sostuviera y con su gancho tomó la mochila rosada y poco pesada de la chica.
—Princesa, vamos a clase.
Mientras tanto, Ella esperaba fuera de la habitación de su amiga; estaba impaciente y la falta de respuesta comenzaba a preocuparla. ¿Qué tal si bebió la pócima y le hizo daño? Después de todo, era la primera vez que preparaba algo tan avanzado, pudo haber cometido un error.
No era mentira que había dejado la botella en sus manos con dos intenciones: la primera, pensando en que al día siguiente se la regresara y así ella podría dársela a Charming para así estar frente a él y se enamoraría de Ella, pero si la curiosidad o sed de Bridget se interponían, ella se enamoraría de la primera persona a quién viera, y a Charming no lo veía sino hasta la tercera clase. De cualquier forma, el objetivo era quitar a Bridget de su camino por estar con su príncipe encantador.
