—¡Javier C.! —Abrí los ojos sin poder dar crédito a lo que veía; ahora me parecía un monstruo en frente mío, situado detrás de la mesa de inscripciones—. ¿Qué haces aquí?
Javier dio unos pasos hacia mí.
-Lo mismo me pregunto yo —dijo él, al tiempo que fruncía el ceño—. He venido aquí a desconectar del instituto y apareces tú.
Dicho así, no parecía muy contento, pero yo pude notar una leve sonrisa que se dibujaba en sus labios.
—Yo también venía con el mismo objetivo —me detuve por un segundo—. Pero si tanto te molesta, no hay problema, simplemente no nos hablaremos en el resto de la semana y listo.
A Javier C. no pareció agradarle la idea, pero se limitó a asentir con la cabeza, a la vez que apretaba los labios y se giraba de nuevo hacia la mesa de inscripciones.
Me dispuse a seguirlo hacia allí; al fin y al cabo, no quedaba otra opción, ya que yo también tenía que entregar mis carnets médicos.
Escuché atentamente la información que le daban a Javier.
—Estarás en la cabaña 27, donde compartirás habitación con 5 chicos más de tu edad. Coloca tus cosas y ponte tu gorra. Al acabar, puedes ir a las mesas que hay justo al salir de tu cabaña.
—Vale, gracias—Javier cogió su maleta y su saco, que había estado apoyado en el suelo. Me dio una mirada fugaz y se fue.
Entregué mis documentos mientras esperaba impaciente lo único que me interesaba: con quién iba a socializar esta semana, las chicas que me tocarían en la cabaña.
—Marinita, cielo, irás en la cabaña 26 con 5 chicas más también de tu edad. Te digo lo mismo: coloca tus cosas y sal al patio con la gorra puesta.
—Eso haré, muchas gracias.
Iba a estar al lado de la cabaña de Javier C.
Iba a ser interesante.
Mierda.
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Brawl y Amores
HumorLa clase más pringada del Veratriz Gamino está aqui: Compuesta por intentos de canis que miden medio metro, chicas que aún se visten con las camisetas de unicornio del benetton, los chicos que juegan a poki y las chicas más o menos normales que tamb...