No había puesto ni un solo pie en casa de mi padre cuando mi hermano mayor me arrebató al gatito blanco de las manos.
―¿Y esto, Bellita ladroncita? ―cuestionó él, acercándose a mi gato a la cara para dejarlo restregarse.
―Es un gato. ¿Acaso nunca habías visto uno? ―Alcé una ceja―. ¿O ya tu edad no te permite distinguir a los animalitos?
Entornó los ojos.
―Chamaca insolente. Más respeto a tu viejo ―rezongó―. ¿A qué pobre alma se lo robaste?
Reí.
―Me lo encontré afuera del jardín en donde fue la fiesta de Marizza y bueno, me lo quedé.
―Es muy lindo. ¿Lindo a linda?
―El veterinario confirmó que es un gatito macho. Se llama Mustang.
Me miró incrédulo.
―¿Por qué le has puesto ese nombre tan espantoso, Bella?
Me encogí de hombros.
―El auto de mis sueños es un Mustang blanco. Por eso lo he llamado así.
Derek alzó al gato frente a su rostro.
―Mejor te hubieras quedado en la calle, la verdad, porque con ese nombrecito que te pusieron...
Le di un manotazo en el brazo.
―¡Es un bonito nombre!
―¡Y después mi papi y yo nos subimos a una bola que daba vueltas en el agua, pero el agua no entraba! ―Fuimos interrumpidos por la vocecita dulce de mi sobrina quien camina de la mano de mi padre mientras le cuenta de sus aventuras―. ¡Y papi se subió a algo que volaba y después cayó en el mar!
Derek ayer la llevó a un parque acuático frente a la playa. Es un lugar muy concurrido, sobre todo en épocas calurosas como esta.
―¡Tía Bella! ―Ella soltó inmediatamente a papá al verme, para de esa manera poder venir hacia acá y abrazarme―. ¡Te extrañé!
La abracé con las mismas ganas.
―Y yo a ti, mi amor ―le dije―. Creí que no te darías cuenta de que estaba aquí, parecías muy centrada en tu conversación con tu abuelo.
―Yo quería verte a ti.
Mi padre abrió la boca, pareciendo indignado.
―Pues gracias.
―¡A ti también quería verte, abuelito! ¡Pero también a mi tía Bella!
Reí y alboroté su cabello.
―Mira lo que traje ―comenté―. Lo tiene tu papá.
Ella me soltó para girarse a ver a mi hermano.
Soltó un chillido de emoción.
―¡Un gatito! ―Expresó con alegría―. ¡Que bonito!
Ella es una niña muy animada a la que le sale alegría y energía por cada poro. En realidad, esto es algo que sacó de Derek.
Él es igual de enérgico. Es igualito.
―¿Lo es?
―¡Sí! ―Asintió una y otra vez con la cabeza―. ¿Es tuyo?
―Sí, lo acabo de adoptar ―sonreí―. Se llama Mustang.
―Es un nombre horrible, ¿verdad, nena? ―le preguntó mi hermano.
Ella arrugó la nariz ligeramente.
―Es bonito.
―Mi nieta es una mentirosa, que pecado ―Mi padre se llevó la mano a la cabeza―. Y estoy seguro de que fue Derek quien le enseñó a mentir.
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Dime que te quedarás.
RomanceThomas Spencer. No hay ser más detestable que él en este planeta. Es engreído, burlón, competitivo hasta la médula, sarcástico y grosero conmigo. Solo conmigo, porque parece que soy su persona menos favorita. Y yo lo intenté, intenté ser su amiga y...