𝜗𝜚 ─────────Svetlana terminaba de guardar sus libros en su bolso, la última clase de la mañana había terminado y la mayoría de los alumnos abandonaron el salón.
Daphne, Pansy y Astoria estaban en la puerta esperando a que ella terminara. Querían ir al lago antes del almuerzo, querían pasar el rato juntas y charlar de cualquier tema sin que ningún profesor las esté callando.
—Vamos, Svet. —dijo Pansy con una mueca de cansancio.
—Ya terminé. —dijo Svetlana mientras tomaba su bolso y se acercaba a la puerta.
—Alto ahí, Zabini. —exclamo aquella fastidiosa voz masculina.
El profesor Riddle salía de su pequeño despacho y deja su cuerpo reposar contra su escritorio.
Svetlana soltó un suspiro al oír su apellido y con todo el malhumor del mundo volteó.
—¿Si, profesor? —pregunto Svetlana.
—Necesito que se quede unos minutos. Tenemos que hablar de sus notas del año pasado y cómo le afectarán en este nuevo periodo lectivo. —dijo Riddle con demasiada lentitud. Dejando notar su acento.
—Justo estaba por. . . —Svetlana volteó a ver la puerta y dio con la sorpresa de que sus amigas se habían ido.
—¿Bien, Svetlana? —Riddle pronunció aún más lento su nombre.
¿Qué no sabía pronunciarlo?
Minutos después la pelinegra tomó asiento cerca del profesor y espero pacientemente el sermón que se venía. Ya lo había tenido el año pasado.
—Quedaste debiendo mi materia. Debes mejorar tus notas este año. —dijo riddle y Svetlana asintió.
—Y lo haré. —respondió Svetlana.
—¿Intentando escapar en tu primer día de clases? —pregunto el profesor riddle. —Si sigues así. . .
Svetlana giro los ojos y finalizó clavando la mirada en el profesor.