Decisiones

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Los días se convirtieron en un torbellino de emociones en la casa de los famosos. Karime y Gala, con su conexión floreciente, se encontraban atrapadas en una danza delicada entre la pasión y la incertidumbre. Cada mirada, cada roce, parecía hablar un idioma que solo ellas comprendían, y cada momento juntas se sentía como un nuevo descubrimiento.

Sin embargo, la atmósfera en la casa estaba cargada de tensiones. Los demás participantes comenzaron a notar la cercanía entre las dos mujeres, y las miradas curiosas se convirtieron en susurros. Karime, siempre consciente de su pasado, sentía que el temor a ser juzgada la acechaba. Gala, por su parte, era una fuerza de la naturaleza, pero también se sentía vulnerable, temiendo que su amor se convirtiera en un espectáculo para los demás.

Una noche, después de una intensa jornada, Karime decidió que era hora de hablar sobre lo que estaba sucediendo entre ellas. Se dirigió al jardín, donde la luna iluminaba el lugar con su luz plateada. Allí encontró a Gala, contemplando las estrellas.

—Hola— dijo Karime, acercándose cautelosamente.

Gala se volvió, su sonrisa iluminando su rostro. —Hola, hermosa. ¿Qué piensas?

Karime respiró hondo, sintiendo el peso de sus palabras. —Quiero hablar sobre nosotros. Lo que estamos sintiendo... lo que está sucediendo. No quiero que esto se convierta en un juego para otros.

Gala asintió, entendiendo la seriedad del momento. —Lo entiendo. Pero también me asusta. Siento que esto es real, pero el miedo a lo que piensen los demás me hace dudar.

Karime se acercó más, tomando las manos de Gala en las suyas. —No podemos permitir que el miedo nos controle. Lo que tenemos es valioso. No podemos dejar que se convierta en un espectáculo.

Gala miró a Karime, sus ojos llenos de determinación. —Tienes razón. No quiero que nuestra conexión sea solo un rumor. Quiero que sea algo auténtico, algo que valga la pena.

Ambas se acercaron, compartiendo un beso suave que se intensificó con el deseo. Pero en medio de esa pasión, surgió una pregunta inquietante en la mente de Karime. —¿Y si esto no funciona? ¿Y si terminamos lastimándonos?

Gala, con una expresión decidida, respondió: —A veces, el amor implica riesgos. No quiero vivir con el miedo de perder esta oportunidad. Estoy dispuesta a luchar por lo que siento.

El corazón de Karime latió con fuerza ante la valentía de Gala. —Entonces, hagamos un pacto. No dejaremos que los demás nos afecten. Lo que tenemos es nuestro, y lucharemos por ello.

Gala sonrió, sintiendo un renovado sentido de esperanza. —Sí, un pacto. Lo enfrentaremos juntas, sin importar lo que venga.

Esa noche, bajo el manto estrellado, las dos mujeres sellaron su compromiso con un beso apasionado, uniendo sus destinos en un momento que marcaría el comienzo de una nueva etapa.

Sin embargo, mientras las semanas pasaban, la tensión en la casa de los famosos aumentaba. Las miradas de los demás se volvían más insistentes, y los rumores comenzaban a circular. Karime y Gala se esforzaban por mantener su conexión en privado, pero cada día se sentían más atrapadas por la presión externa.

Un día, durante una actividad grupal, una de las participantes, en un tono burlón, comentó sobre la cercanía entre las dos mujeres. —¿Alguien más ha notado que Karime y Gala están pegadas como chicle?— rió, provocando risas en el grupo.

Karime sintió que el color desaparecía de su rostro, y Gala, a su lado, se tensó. Aunque habían decidido no dejar que eso las afectara, escuchar esas palabras las hirió profundamente. Fue un recordatorio cruel de que su amor estaba expuesto al escrutinio de todos.

Después de la actividad, se retiraron a un rincón apartado del jardín, donde la brisa nocturna les trajo un alivio temporal. —No puedo creer que hayan dicho eso— murmuró Karime, su voz llena de frustración. —Esto se siente como un espectáculo.

Gala la miró, su rostro serio. —Karime, no podemos dejar que las opiniones de los demás nos afecten. Nuestro amor es más fuerte que sus comentarios.

—Lo sé, pero— Karime vaciló, sintiendo cómo el miedo comenzaba a infiltrarse nuevamente en su corazón. —No puedo evitar sentir que estamos siendo juzgadas. Todo lo que hemos construido está en juego.

Gala se acercó, tomando el rostro de Karime entre sus manos. —Escucha, lo que tenemos es auténtico. No dejemos que el ruido exterior nos haga perder de vista lo que realmente importa.

Karime cerró los ojos, dejando que las palabras de Gala la envolvieran. Al abrirlos, vio la sinceridad en la mirada de Gala y sintió un renovado sentido de determinación. —Tienes razón. No podemos dejar que esto nos rompa.

La noche continuó, y mientras compartían confidencias y risas, Karime se dio cuenta de que cada desafío solo fortalecía su vínculo. A pesar de las adversidades, había una chispa de amor que las mantenía unidas, y estaban decididas a no dejar que nada las separara.

Sin embargo, el destino tenía sus propios planes. Una semana después, durante una fiesta en la casa, la tensión acumulada estalló. Un grupo de participantes, embriagados por la música y el ambiente festivo, comenzó a hacer comentarios cada vez más hirientes sobre la relación de Karime y Gala. La burla se convirtió en un ataque directo, y las palabras comenzaron a desgastar la confianza que habían construido.

Karime, sintiéndose acorralada, decidió que era momento de hablar. Se levantó, su voz resonando en el salón. —¡Basta! Esto no es un espectáculo. Lo que tengo con Gala es real y no permitiré que lo conviertan en una broma.

El silencio se apoderó del lugar, y los rostros de los demás participantes reflejaron sorpresa. Gala, sintiendo la determinación de Karime, se unió a ella. —No tenemos que justificar nuestro amor ante nadie. Es nuestra historia, y estamos aquí para vivirla.

El ambiente estaba tenso, y mientras algunos participantes comenzaron a murmurar, otros se sintieron incómodos. Pero Karime y Gala se mantuvieron firmes, sintiendo una fuerza renovada en su unión.

Esa noche, mientras la fiesta continuaba, Karime y Gala se retiraron juntas a su refugio en el jardín. Estaban heridas, pero también más unidas que nunca. Las estrellas brillaban intensamente sobre ellas, como si celebraran su valentía.

—Lo hiciste— dijo Gala, admirando a Karime. —Me siento más fuerte contigo a mi lado.

Karime sonrió, sintiendo que su amor por Gala era más brillante que cualquier crítica. —Y yo contigo. Esto es solo el comienzo. Juntas, podemos enfrentar cualquier cosa.

Y así, bajo el cielo estrellado, Karime y Gala se prometieron que no permitirían que las sombras del juicio ajeno opacaran la luz de su amor. Con cada desafío, su conexión se volvía más sólida, y estaban listas para enfrentar el futuro, juntas.

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