Capítulo 3

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 Acabando de ordenar mi habitación escuché como la puerta principal se cerraba con ira, sin pensármelo dos veces bajé a ver quien era y porque había cerrado así. Al bajar las escaleras vi a mi hermano con una herida en la cara, seguidamente empecé a preguntarle que pasó:
-¿Qué ha pasado?- pregunté con curiosidad.
-Nada, un golpe- afirmó intentando evitar decir la verdad.
- Esa herida no tiene precisamente forma de golpe... - dijo extrañado.
-Da igual ¿Qué tal estás? - preguntó cambiando de tema.
- Bien...- dijo animado
- Espero volver a ver a Karla...- añadió
Y me fui a seguir arreglando la habitación, dejando a mi hermano en el lavabo lavándose la herida extraña.
Cuando llegué a la habitación me encontré con un pato de peluche (es lo que tiene ordenar la habitación, que te encuentras con cosas que habías perdido), el cual me quería tanto de pequeño, así que lo coloqué en una estantería de mi habitación pensando en el gran valor sentimental que tenía y lo que significaba para mi.
Al acabar de ordenar mi habitación empecé a pensar, con una cara que parecía de enamorado, en Karla y que tal estaría en la casa de al lado, y seguidamente en la herida de mi hermano pensando, con cara más seria, que habría pasado y porque esa forma que me era tan familiar.
Acabé durmiéndome profundamente soñando en dar un beso a Karla...

Por un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora