A veces pasa que hay incrédulos que cuestionan cuando se expresa que no hay manera humana de fingir el deseo. Puede darse en personas que ni siquiera sientan una gota de amor por el otro, pero resulta ser siempre muy puro y mucho más intenso cuando sí sienten todo el amor.
El deseo auténtico, incontenible e inconfundible, es un sentimiento que se manifiesta con una sinceridad arrolladora. No se puede engañar a los sentidos ni a las emociones cuando el deseo es real. En aquellos casos en los que no existe un rastro de amor, el deseo surge de manera espontánea y se despliega con una intensidad sorprendente, como si fuera una fuerza natural e imparable. Es una muestra de la química y la atracción que trasciende la razón.
Sin embargo, cuando el amor está presente, el deseo se convierte en una expresión aún más profunda y apasionada. La pasión y el cariño se entrelazan de una manera que hace que el deseo sea abrumador y genuino, como una llama que quema con un calor y una luminosidad insuperables. En estos casos, el deseo es una manifestación de la conexión emocional y la complicidad entre dos personas que se aman, lo que lo convierte en un sentimiento aún más poderoso y auténtico.
Este último era el caso de Rosé y Jennie.
Ambas habían por fin llegado a casa de Rosé, que se encontraba más cerca y que prometía ser el refugio perfecto para sus deseos desenfrenados. Las mujeres ni muy bien llegaron a la puerta de la vivienda, cuando un ardoroso impulso las invadió y se dispusieron a cumplir las promesas que sus cuerpos aclamaban con desesperación.
Al cruzar y cerrar la puerta de la vivienda, Rosé empujó a Jennie con firmeza contra una de las paredes, acorralándola con determinación. El sonido del cerrojo al deslizarse en su lugar resonó como un eco de la decisión que las embargaba. En ese momento, la tensión sexual que había estado creciendo entre ellas explotó en un frenesí de pasión.
Lo que Rosé tenía en su mente desbordaba de fantasías y deseos sensuales, suficiente para llevar a cabo una orgía. Las imágenes y pensamientos lujuriosos se agolpaban en su mente, creando un escenario de exquisita decadencia y desenfreno. Sin embargo, a pesar de tener la capacidad de hacer realidad cualquier fantasía erótica que pudiera imaginar, Rosé tenía claro que lo que más deseaba en ese momento era tenerlo todo para ella y Jennie.
"Tienes exactamente cinco minutos para quitarte el vestido", Rosé con un gruñido casi animal.
La chica de ojos gatunos obedeció al instante, como si estuviera hipnotizada por la intensidad de la mirada de su amada. Quizás era presa del deseo, quizás presa del amor que la consumía.
Jennie se quitó el vestido con una urgencia que reflejaba su anhelo de entregarse por completo a Rosé. El suave tejido cayó al suelo con gracia, dejando al descubierto su figura escultural. Su piel estaba adornada con un suave resplandor de sudor, y su mirada ardiente se clavó en los ojos de Rosé, comunicando la pasión que la consumía.
Con movimientos elegantes y sensuales, Jennie se deshizo de su sujetador, liberando sus pechos firmes y tentadores. La lujuria se intensificó en la habitación a medida que la visión de su cuerpo semidesnudo avivó aún más el deseo de Rosé. Jennie sabía que cada gesto, cada prenda que retiraba, aumentaba la tensión y el anhelo en el aire.
Decidida a estar completamente preparada y disponible para el próximo movimiento de Rosé, Jennie se deslizó elegantemente de sus tacones, dejando que su cuerpo descansara sobre sus pies descalzos. La sensación de estabilidad y firmeza que le proporcionaba el suelo bajo sus pies la hacía sentirse aún más segura y dispuesta a entregarse por completo a la pasión que estaba a punto de desatarse. Estaba lista para disfrutar de cada maldito segundo de placer que Rosé le diera.
"¿Sabes, Jennie?", Rosé, quien seguía vestida y con la mirada totalmente trastornada de deseo mientras acariciaba los senos de Jennie suavemente. "Podré sonar algo corriente para el gusto de tus fanáticos o lo que sea, pero...", paró en el pezón izquierdo y apretó ganándose un fuerte gemido de la más baja. "Prometo no dejarte salir de esta maldita casa sin que te vayas goteando con mi semen. Oliendo a mí, Nini", sonrió.
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𝑨𝒈𝒐𝒓𝒂 𝑯𝒊𝒍𝒍𝒔 ✯ [Chaennie]
Aléatoire~Mensaje de voz~ «Amor...>>> <<Oh, Dios mío, he tomado mucho vino hoy» <<Bueno, quería decirte que...>>> <<Quiero que sepas cuánto significas para mí y cómo cada gesto tuyo llena de alegría mi mundo. Cuando me lla...