Capítulo 3

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—¡Emma! ¡Están llamando al teléfono!

—¡Ahí voy!

—¡Apúrate!

Bajé corriendo a tomar el teléfono y me lo coloqué en el oído, tragando saliva.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿es usted la señorita Emma Miller?

—¿De parte de quién?

—Desde nuestra empresa, Arcanum Strategies, se le informa el día de hoy ocho de enero que usted, señorita Miller, está contratada como operaria.

Sentí que algo en mí se iluminó.

Miré a Emily quien estaba expectante.

—¿Qué pasó?—susurró.

Hice un gesto para que esperara mientras sonreía y volvía a hablar.

—Muchas gracias, ¿cuándo puedo empezar?

—El día diez de enero. ¿Tiene alguna otra pregunta?

—No, muchas gracias. Estaré presente a primera hora para empezar ese día.

—Hasta luego, feliz día.

—Feliz día—dije y coloqué el teléfono en su lugar.

De inmediato, miré a Emily y corrí a abrazarla.

—¡Me contrataron! ¡ME CONTRATARON! ¡¡¡ME CONTRATARON!!!—sonreí muy ampliamente y comencé a saltar, emocionada.

Emily lo procesó por un momento, pero luego reaccionó de igual manera que yo.

—Mmmm, ¿qué es todo ese ruido de ustedes dos?—apareció papá, soñoliento y restregándose los ojos.

—Lo sentimos—nos disculpamos, sonrientes.

—¿Qué es lo que causa tanta gracia?

—Papá...—me acerqué a él—. Me contrataron.

—¿Qué...?—parpadeó, aún soñoliento—. ¿¡QUÉ!?

—¡Sí, papá!—empecé a sonreír y me abrazó cortamente.

—Felicidades, hija, me llena de mucho orgullo y felicidad.

—Gracias, papá—y seguí gritando de emoción.

Emily se unió a mí.

Mamá llegó del supermercado y al vernos, frunció el ceño.

—¿A qué se debe tanta felicidad?

—¡ME CONTRATARON, MAMÁ!

Ella dejó caer las bolsas al suelo y salió rápidamente a correr hacia mí para abrazarme.

—¡Qué buena noticia! ¡Felicidades! Yo sabía que te iban a contratar—sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Gracias por confiar en mí, mamá.

—Gracias por confiar en ti, Emma.

Sonrió, limpiándose las lágrimas.
Recogió las bolsas y las colocó en la cocina, emocionada.

—¿Cuándo empiezas a trabajar, cariño?

—El diez.

—Te queda un día, prepárate.

Me reí.

El resto del día estuvimos haciendo aseo en casa y por la noche vimos una película de superhéroes.

11:03 PM.


—¡Emma! ¿Puedo dormir contigo?—hizo un puchero.

—Vale, pero solo por esta noche.

Entrelazados por el odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora