¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
──Sabes, Señor Gato... Mamá me contó una historia ayer antes de irme a dormir. Se trataba sobre una humana que se enamoró de un ángel, es una historia muy bonita. ── Decía aquella niña de cabello verde grisáceo mientras agarraba su gato de peluche, se encontraba escondida en un lugar que consideraba su "lugar secreto".
── El ángel fue mandado con la misión de proteger al principe del reino donde vivía la humana. Ella incluso trabajaba para el principe como su escudera, aunque en un inicio ella no podía percibir la existencia del ángel ya que el solo podía ser visto ante el principe que debía cuidar, porque los ángeles como el debían ser serviciales y unos buenos guías para quienes pasan por un mal momento en su vida.
Aquella escudera se encontraba en su labor de cuidar del principe. Debía mantenerse en guardía ya que últimamente había una gran disputa entre el principe y el rey quien era padre del principe, sabía que ambos miembros de la realeza no llevaban una buena relación y a ojos de la gente del reino no debían mostrar como iban las cosas en realidad.
La noche había caído por fin en el reino, después de una larga jornada de trabajo el principe le dió la orden a su escudera de retirarse a su hogar y regresar al reino mañana a primera hora. Todo el recorrido a casa era solitario, aquella joven ya estaba acostumbrada a estar sin compañía después de un largo tiempo sin ayuda de sus difuntos padres que tuvieron que partir cuando ella era solo una niña. Iba tan sumida en sus pensamientos que un leve ruido la asustó, dirigió su mirada hacia los arbustos, dudosa desenvaino su espada lista para atacar a quien sea que estuviera oculto.
── ¿Quién anda ahí?... ¡Responde o juro que atacaré! ── Dijo sin una pizca de miedo mientras se acercaba lentamente al arbusto, con un solo movimiento hizo un fino corte ante las hojas dejando expuesto lo que se encontraba ahí: Una pequeña ave de color morado. Rápidamente guardo su espada y se inclinó ante aquel animal, podía notarse que se encontraba herido por la sangre que había en su ala. ── Pobrecito... Resiste. Te llevaré a casa y cuidare de ti hasta que te sientas mejor, no dejaré que mueras aquí y ahora. ──Musitó con desesperación la chica mientras aferraba aquella ave a su cuerpo con tal de brindarle calor, mientras aquel animal simplemente trataba de mantenerse consiente. Su duda actual de aquella joven era si algún animal lo había atacado, o quizás fue algún cazador. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
Lastimosamente el ave fue dañado de la peor manera por un ser querido para él.
