— ¡Yo soy el más inteligente de toodo el salón! — Gritó Ferran.
— Claro que no ¡Yo lo soy! — Contradijo Ansu.
Eric miraba atento la "discusión" entre sus dos amigos. Hoy tocaba matemáticas, y ellos dos siempre competían por quién sabía más.
— ¡Tengo la solución a su problema! — Eric dio un saltito de emoción. — Hagamos una competencia. Yo seré el jurado.
Ambos amigos se echaron ojitos antes de sentarse al frente de Eric. Él les dio una sonrisita antes de comenzar a hablar.
— Okay...¿Si yo tengo dos manzanas y me dan tres, pero me como cinco, cuántas tengo?
— ¡Cero! — Dijo Ansu rápidamente.
— ¡Cinco! Porque eso es lo que hay en tu estómago, y si esta en tu estómago es porque lo tienes. — Razonó el valenciano.— Oh, sí. — Se quedó pensando. — Tienes razón. ¡Punto para Ferran! — Eric ignoró las quejas por parte de Ansu y siguió con sus preguntas. — Si yo tengo un sándwich, pero le doy la mitad a mi amigo, ¿Qué soy?
— ¡Equitativo! — Gritó Ansu.
— ¡Amable! — Respondió el contrario.— ¡Punto para Ferran! — Aplaudió Eric.
— ¡Agh! — Ansu se cruzó de brazos, molesto. — No es justo...
— ¡La última, chicos! — Los miró atento a los dos. — ¿Cuánto es cincuenta y ocho mil por dos?
Ambos niños se quedaron en silencio, uno contando con los dos y el otro pensando en un número que suene creíble.
— ¡cien! — Dijo Ferran, entusiasmado.
— Eh...¡Sí! — Aplaudió. — Felicidades Ferran, te ganaste...— El de lentes recogió una piedresita del suelo. — Una piedra mágica.
— No puede ser. — Se quejó Ansu. — ¿Cómo sabes si es la respuesta correcta?
— Porque uso lentes.
— ¿Y?
— Las personas que usan lentes son muy inteligentes, y por eso sé todo. — Puso sus manos en su caderas e infló su pechito, queriendo verse superior.
— Wau. — Replicó un asombrado Ferran.
— Bah. No conozco a nadie así. — Ansu estaba irritado.
— Harry Potter.
— ¡Pero...!
El timbre para volver a los salones sonó. Eric se despidió y se fue corriendo, no le gustaba llegar tarde.
— Creo que los dos sabemos quien es más rápido. — Empezó Ferran.
Ansu lo miró molesto, pero se le escapó una sonrisita antes de empezar a correr. Ferran fue detrás de él, riéndose.