El destino que debo cumplir [CONTRYHUMANS: URSSXTHIRDREICH]

Temporada 1: [Capitulo 8]

Reino de Croacia, Zagreb.

Habían pasado toda la noche cabalgando y otro día a pie, cruzando los bosques de pueblo en pueblo hasta llegar a la capital. Fue hasta cierto grado fácil realizar tal labor, nadie patrullaba las fronteras y habían podido pasar de ser percibidos hasta ese momento, sin embargo al estar tan cerca de la capitanía de Zargreb se encontraron con un problema: habían guardias.

—Vaya, por fin algo de seguridad... —murmuró Urss, escondiéndose entre los árboles, regresó la mirada a su compañero quien estaba junto suyo, fácilmente escondido detrás de ese gran tronco.— ...la cuidada está cerca, solo debemos bajar esta llanura pero hay un grupo de guardias reales custodiando las entradas y salidas.

—Lo suponía... —suspiró.— ...mamá me contó que tiene a varios reinos e imperios bajo su mando, uno de ellos es este, el reino de Croacia está bajo la administración del imperio austro-húngaro, quizás si... muestro el anillo real de mamá, me dejen pasar.

—¿Lo dices en serio, Reich? , puede ser que te dejen pasar pero ya no te permitirán salir, ¿tú crees que tú padre no ha publicado ya algún boletín de búsqueda de nosotros? , especialmente de ti, que eres el príncipe.

—Bueno es que... ¿que podríamos hacer entonces? —se asomó viendo a los humanos uniformados.— espera, tengo una idea, puedo dormirlos un rato y manipularlos para fingir que siguen despiertos, así podríamos pasar sin problemas.

—¿No habíamos acordado que ibas a trabajar de manera "pacífica"? —le alzó una ceja.— eso incluye no usar tus poderes, tengo entendido que tú don sobrenatural es muy doloroso.

—Si, ya se lo que te dije pero tengo una idea para evitar que los humanos sufran bajo mi poder, creo que... podría funcionar si lo hago bien. —se colocó la capa negra, saliendo de su escondite, siendo imitado por su compañero.— vamos, Urss. Actúa con normalidad, camina tranquilo y cuando lleguemos frente a ellos no te detengas.

Asintió con la cabeza, preguntándose qué sorpresas tendría bajo la manga. Rápidamente notó como la seguridad del germano aumentaba cuando tenía la gran luna de sangre a su favor, preguntándose si podría ser igual de poderoso sin ella. Se colaron a la fila de aldeanos que transitaban por la caseta, siendo bien recibidos porque los confundieron con comerciantes, más por los bellos caballos pura sangre que llevaban consigo.

A Third le cosquilleaba el estómago por la emoción, no solo estaba rodeado de muchos humanos de todas las formas y colores, dejándose envolver por un sinfín de sensaciones cálidas llenarle sino también que era la primera vez que podía sentirse en plenitud con su sangre control.

Los corazones palpitantes de cada ser vivo a su alrededor resonaban contra sus oídos, excitándose, acelerándole la respiración. Sentía un indescriptible poder crecer dentro de él, poniéndole ansioso, salivándole la boca, conteniendo sus respiraciones de agitación, muy en el fondo admitió que le encantaba esta salvaje sensación. Se relamió los labios, ocultando su rostro enardecido bajo la oscuridad de su capucha.