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        𝖄a habían pasado algunos días desde que el marinero y lord de la casa Velaryon se había marchado a proteger sus preciados peldaños

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        𝖄a habían pasado algunos días desde que el marinero y lord de la casa Velaryon se había marchado a proteger sus preciados peldaños. La princesa Rhaenys solo caminaba por la fortaleza tratando de que su parto se adelantara, especialmente cuando su pequeña hija parecía demasiado ansiosa de ver el nuevo mundo, de conocer a sus padres.

Rhaenys se sintió afortunada de tener la presencia de una de sus doncellas mas cercanas, Dalia era una joven de la casa Cauton quien le había servido desde antes de que se casará con Corlys. Sin embargo nada se compararía con la presencia de su señor esposo.

Acarició su abultado vientre mientras miraba hacía el mar, dado el riesgo que tenía esos últimos días por el parto, no podía montar a Meleys, extrañaba demasiado montar a lomos de su preciosa reina roja.

Con un suspiro, la Targaryen trato de que sus pensamientos no se tornarán tristes o melancólicos.
Rhaenys sintio como un ligero dolor invadía su zona baja y acto seguido, sintió húmedo entre sus piernas, al bajar la mirada se percató que había roto fuente. Trato de mantenerse tranquila, ella podía con eso, siguió caminando con el dolor aun presente, necesitaba encontrar a un guardia.

Para su mala suerte, esa mañana Rhaenys había pedido estar a solas por lo que no llevaba un guardia consigo. Aunque para fortuna de los dioses, una de las criadas apareció.

── ¿Princesa, se encuentra bien? – pregunto la criada sin darse cuenta del estado de su señora.

── Mi hija ya viene – respondió Rhaenys entre jadeos.

La criada rápidamente dejo lo que llevaba entre sus manos y ayudo a la princesa a llegar a sus aposentos.

Al poco tiempo, el maestre y la partera ya se encontraban en la habitación para poder ayudar a la princesa. No obstante, aun no era el momento exacto, las contracciones aun no eran continúas, eran en intervalos pero igual de dolorosas.

Las horas pasaban y aun no había indicios de Laena.

Rhaenys empezaba a preocuparse, era su primer parto y no tenía a nadie en quien apoyarse, inconscientemente las lagrimas brotaron por sus ojos, cualquiera creería que se debía al dolor del parto pero estarían muy alejados de la realidad.

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Gadriel se encontraba haciendo unos encargos cuando escucho la noticia de que la princesa Rhaenys había entrado en labor de parto. La doncella trató de terminar sus deberes, si bien no era requerida su presencia no pensaba dejar sola a su princesa.

Desafortunadamente le llevó mas tiempo del debido terminar con los mandados pero una vez que puedo concluir con eso, se dirigió lo mas rápido que sus pies le permitieron.

Waynwood tan solo ingresar al gran castillo fue rápidamente en busca de la princesa, sabía que se encontraba en su habitación. Cuando Gadriel abrió la puerta y vio a la princesa llorando, tratando de pujar, su corazón se partió, se veía tan vulnerable.

── Estoy aquí, princesa – dijo Gadriel en un tono suave mientras tomaba su mano.

Rhaenys al ver a la doncella de cabellos oscuros, sintió una calma, una sonrisa apareció y finalmente al sentir como su mano era tomada, tuvo la suficiente fuerza como para pujar.

Los gritos y jadeos se escucharon por todo el castillo, una fuerte tormenta pronto se desató en el exterior mientras la princesa Rhaenys, señora de Marcaderiva daba a luz a la heredera de Driftmark.

Meleys acompañaba en dolor a su jinete, a los lejos los rugidos de la dragona eran escuchados.

El llanto de un recién nacido inundó la habitación, la pequeña Laena finalmente había llegado al mundo. Rhaenys cayó agotada sobre las almohadas, el maestre revisó rápidamente a la niña mientras que Gadriel se aseguraba de que la princesa estaba bien.

── Lo has hecho muy bien, princesa – sonrió, aun no soltaba su mano.

── ¿Ella está bien? — preguntó la Targaryen casi en un susurro.

── Sí, ella está bien. Igual de fuerte que su madre – la tranquilizó.

Pronto el maestre también se aseguró de que la princesa se encontraba bien, siendo así que finalmente le pudieron dar a la pequeña Laena. Los ojos violetas de Rhaenys se iluminaron al ver a su hija, ella era tan preciosa, la digna unión de ella y su esposo.

Rhaenys miro a Gadriel como si esperará su aprobación.

── Mírala.

— La veo, felicidades princesa, estoy segura que Lord Corlys estará muy feliz cuando sepa que su hija ha nacido con bien y usted se encuentra saludable.

── Eso espero – dijo en un murmuró, volviendo su atención a su hija.

Gadriel soltó un suspiro, soltó la mano de la contraria y se levantó de la orilla de la cama.

── Te dejaré un momento a solas, estaré cerca si me necesitas. Debes descansar aunque primero debes asearte – Gadriel se mantuvo de pie al lado de la cama – Pero no te preocupes, eso puede esperar, disfruta de tu hija... Y de nuevo, felicidades.

Sin mas que decir, Waynwood salió de la habitación de su señora y se dirigió hacia donde se encontraban las criadas, les pidió que tuvieran lista agua templada para el baño de la princesa.

Observo en silencio como se movían por la habitación acatando su petición, ella en cambio se recargo en la pared dejando que un pesado suspiro escapara,  estaba feliz por la dragona, no obstante, el nacimiento de Laena le hizo pensar en ¿Cómo se sentiría el tener un hijo? Había estado durante todo el proceso acompañando a la princesa, en cada malestar, en cada momento de vulnerabilidad... Era lo mas cercano que ella estaría a un sentimiento similar; ella nunca iba a contraer nupcias, prefería quedarse como una doncella sirviendo a Rhaenys Targaryen antes que casarse con un hombre.

Disperso esos pensamientos y regreso al presente, debía continuar con su deber.

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Tengan mucha paciencia para el desarrollo de esta historia, tengan en cuenta que son personajes adultos a los cuales les costará aceptar la realidad a la que enfrentan debido a los prejuicios, especialmente Gadriel quien es seguidora de la fé de los siete.

En fin, no quiero hacer mas spoilers, aquí les dejo el segundo capítulo; gracias por apoyar la historia, dejen sus estrellitas y si pueden, comenten. 🫶

Lover | Rhaenys TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora