Carta a una amiga

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Querida Megara:

Te escribo esta carta para pedirte que me brindes tus sabios y oportunos consejos. No te imaginas cuán enorme es el tamaño de mi problema actual. Me apenaría un montón contárselo a mi familia y no creo que nadie más, aparte de ti, pueda llegar a comprenderme de verdad. Es algo muy complicado de explicar para quien lo enfrenta y es casi imposible de asimilar para quien solo lo mira desde afuera, pero sé que tú eres bondadosa y me escucharás (o leerás, en este caso) con gusto y sin juzgarme o burlarte de mis alocados sentimientos.

Estoy enamorada como una perfecta desquiciada de un chico al que es casi imposible que pueda conocer en persona. Debe sonarte tonto y cursi, pero es una realidad para mí. Amo con toda el alma a Jang Geun Suk, el Príncipe de Asia. Él me dejó sin aliento desde la primera vez que lo vi en un hermoso dorama coreano muy romántico que se llama Love Rain. Desde ahí en adelante, no he parado de buscar y descargar todas las películas, series, videos, conciertos, entrevistas, documentales, comerciales, canciones, revistas y fotografías en donde él esté presente.

Ya no pasa un solo segundo del día en que yo no esté pensando en su preciosa cara de ángel. Dejé de salir con mis amigos, casi no me alimento, duermo apenas tres horas por noche y estoy sacando bajas calificaciones en la escuela. Y es que me la paso haciendo dibujos de él en mis cuadernos, creando decenas de fanfics en su honor, escribiendo cientos de poemas acerca de sus ojos, su sonrisa, su cabello, su boca, sus manos y hasta de las zapatillas que usa. Creo que estoy volviéndome loca, pero no he hallado todavía la manera de salir de este interminable laberinto de fangirleo.

¿Qué harías tú si estuvieras en mi lugar? ¿Te parece que esto que siento es algo malo? Una parte de mi subconsciente me dice que debo dejar de hacerme ilusiones con una persona famosa, pues lo más seguro es que jamás pasará de ser un simple amor platónico en mi triste vida. Pero este terco corazón que tengo se niega a entender eso, se rehúsa a aceptar la derrota y se empecina en seguir luchando por él. Debo decirte que haría cualquier cosa por tener a Sukkie frente a mí al menos un minuto, estando a solas. Creo que con ese tiempo bastaría para hacerle entender que lo amo y que puedo ser su princesa. Yo sé que podría hacer que se fije en mí y que me ame también.

Estoy ahorrando dinero para asistir en primera fila a uno de sus dieciséis conciertos de la gira The Cri Show III en Japón. Durante el espectáculo, voy a hacer algo que él no podrá ignorar. Me subiré en los hombros de una buena amiga anguila que se ofreció a acompañarme y me mostraré en ropa interior. Con ambos brazos levantados, sostendré un gran tablero electrónico que dirá: Will you marry me? (¿Te casarías conmigo?). Además, pienso gritarle a todo pulmón: Saranghae! (¡Te amo!). Va a notar mi presencia, puedo sentirlo... ¿Qué me sugieres? ¿Debería ponerme lencería de encaje negro o rojo? ¿Será mejor usar frases en un solo idioma o crees que están bien así? Es que él domina el japonés y el inglés aparte de su lengua materna, y por eso aún no me decido cuál lenguaje sería el mejor para hablarle.

Te agradezco por tomarte el tiempo para leer estas líneas. Estaré esperando ansiosa tu respuesta.

Con mucho cariño,

Clau :-)

My Asian PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora