Oda al Príncipe de Asia

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El áureo resplandor que de tu perlada sonrisa angélica emana

transforma en arrítmico el compás de mis latidos y de mi respiración.

Escucho con inmensurable alegría una suave y dulce melodía

cada vez que a mis oídos llega la inocente ternura que hay en tu risa.


De mi pecho el loco corazón que lo habita ha intentado darse a la fuga,

cual mariposa alborozada danza cuando ante tu arrolladora presencia se halla.

La gloria de mil amaneceres ha hecho de tu lustrosa cabellera su mejor guarida.

Tibieza e iridiscencia discurren desde la traviesa primavera que reposa en tu mirada.


Dichosos serán los labios que puedan degustar los tuyos en un pasional ósculo de fuego.

Los más selectos manjares de cien reyes en gran vergüenza hoy se han quedado,

pues no puede haber sobre la Tierra nada más exquisito que el sabor de tus besos.

Incontables lunas he anhelado el día en que tu carnosa boca se pose sobre la mía.


Principesca y esbelta es tu figura, inimitable ha resultado ser la cadencia de tu caminar.

De tu aterciopelada voz nace una y otra vez la perfección convertida en canción.

Siempre que tus virtuosos dedos se encuentran con las tensas cuerdas de una guitarra,

frescas caricias para el alma emergen del idílico encuentro entre manos e instrumento.


Cada reunión contigo es, para tus amadas anguilas, un acontecimiento muy gozoso.

Energía, calidez y completa entrega fluyen de tu festivo espíritu hacia todas nosotras.

La totalidad de tus admirables atributos nunca podrá terminar de ser enumerada.

Hoy eres solo el príncipe de Asia, pero sé que pronto serás el príncipe de la galaxia.

My Asian PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora