Capitulo 1

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Sergio Pérez

Bajando del autobús corro de prisa por las calles atascadas de gente,doy un vistazo a mi reloj, las 6:58 ¡Carajo! Voy a llegar tarde a mi primer día de trabajo, cuando recibí el mensaje sobre la entrevista di un salto de emoción, aunque la casera me llamó la atención al día siguiente, porque como siempre los vecinos se quejaron con ella.

Desde que mi padre me abandonó a los 15 años, hice todo lo posible por encontrar un empleo para sostenerme solo, no tengo familia, mi madre murió al darme a luz. Todo lo que tenía era mi padre quien se largó y me dejó solo. Treinta días después de que se fue, unos hombres visitaron mi casa alegando cobrar un deuda, destruyeron mi casa, se llevaron los pocos electrodomésticos que tenía, me dieron plazos y cantidades exactas que pagar, no sé que vieron en mi que sintieron pena.

No tengo tiempo para apreciar el edificio porque corro hasta encontrarme con George, mi compañero de trabajo lo conocí el día de la entrevista y fue muy amable conmigo.

-Corre Sergio- Señala el ascensor que, según las indicaciones, si el gerente baja y nadie está en su puesto, "Estas despedido" tan simple como eso.

Buscó mi puesto a lado de mi compañero, no me da tiempo de arreglar mi cabello negro ni de acordarme un poco la ropa. Un hombre de tal vez un metro ochenta aparece vistiendo un traje elegante que ni en otro vida podría comprar. Sus ojos marrones oscuros penetrantes y cabellera negra le da un aire de estrella de cine. Mira su reloj y ojea nuestro puesto, tragó grueso cuando veo que se acerca a nosotros.

-Caballeros- Su voz es profunda. No sonríe, tal vez la mona lisa se ve más contenta que el.

-Señor Hamilton- Tarareo su nombre, George se endereza, da una inclinación con su cabeza, hago lo mismo que él con algo de torpeza.

Escanea en mi dirección. ¿Qué tan mal me veo? Me bañé en la mañana antes de que se corte el agua.

-Joven Sergio- Doy un paso al frente inmediatamente.

-Si, señor- observa algo en su tableta, frunce el ceño de un momento a otro.

-Espero que conozcas las reglas de esta empresa. El señor Verstappen no puede ser molestado por incompetencias del personal, tiene prohibido dejar su puesto si su compañero sale a almorzar debes quedarte en tu puesto hasta que el llegue- Levanta su mirada y me observa.
-Queda todo entendido- muevo la cabeza enseguida.

-Perfecto, no retraso más su trabajo. Empiecen- Da media vuelta y se va.

Me relajo un poco y me acomodo en mi silla. Reviso las mangas de mi camisa esperando no haberlas manchado al bajar del autobús. Todo en orden.

-Si no fuera tan guapo, lo odiaría- Se burla George.

-Es intimidante- Me sinceró con el. Se encoge de hombros.

-Y lo es más cuando se llega tarde, así que te recomiendo que programes tu despertador hoy tuviste mucha suerte-

-Si, la tuve-

La jornada laboral se siente algo pesada, y más cuando recibimos llamadas para que tengamos que enviar a los departamentos. George insulta a las personas una vez cuelga la llamada. Es un omega con un carácter fuerte, me ayuda a decir las palabras exactas que tengo que decir cuando un cliente se pone pesado.

Me toca subir un par de veces al tercer piso para imprimir algunas hojas. Mi celular suena un par de veces, mirando la fecha de que hoy me toca pagar una de las tantas cuotas que debo. Se que si contesto ahora son capaces de localizarme en mi trabajo, y eso es lo que no quiero.

George se va a almorzar prometiendo volver rápido, no me quejo por qué ni siquiera traje para comer algo, cuando sigo que mi situación es lamentable, lo es. Veo personas pasar algunas mujer llevan vestido hermosos, niños acompañando a sus padres, tomados de la mano, se ven felices al saber que están siendo protegidos. Lo que me hace recordar que solo una vez me sentí así, solo una.

Quitando esos pensamientos de mi cabeza me enderezo y muestro mi mayor sonrisa.George vuelve rápido lo que me hace, tomar un respiro,me dirijo al baño para acomodar mi cabello. Me miro al espejo y lo único que veo es a un joven omega fuerte que va a salir adelante.

-Tu puedes Checo, yo sé que puedes- Tomó mis cosas y salgo a caminar un poco, sincronizo mi reloj para que se note que fui a comer algo. Camino por los alrededores de King, la empresa para la que trabajo.

Como si el tiempo me odiara decido sentarme en una banca, miro a las palomas revolotear y comer lo que las personas lanzan al suelo.

- Creo que ustedes son más afortunadas que yo- Sonrío amargamente.

Mi celular vuelve a sonar, decido contestar, ya que estoy algo lejos del edificio de la empresa.

-Tic, Tac muñeco- Esa asquerosa voz otra vez.

-Enviaré la cantidad a la cuenta en la tarde, les juro que...- Unas risas se escuchan de fondo.

-Precioso es obvio que tienes que pagarnos. El jefe está cada vez más impaciente, no podemos hacer nada si este decide hacer una visita en tu casa- Trago grueso solo de pensar en ese hombre.

Lo vi cuando cumplí 17 y juro que es el ser más asqueroso que he conocido.

Una noche llego y tumbo mi puerta, estaba terminándome recién de bañar. Su mirada asquerosa recorrió mi cuerpo sin pudor alguno, mostró una sonrisa siniestra, sentí como si sus asquerosas manos me tocarán. Dejo una advertencia, y fue que si me atrasaba un solo día con el pago me llevaría al burdel del que dice ser dueño y me entregaría al primer postor .

-Esta noche tendrán su dinero-Cuelgo lanzando mi celes al suelo.

Cuánto más tengo que soportar esto. Dios, tengo ya 23 años y aún sigo pagando una deuda que siento que crece aún más.

Reviso mi celular me quedan diez minutos, no me importa. Dispuesta a recoger mi ya maltratado celular me inclino, pero el ladrido de un perro me hace caer de trasero,la suavidad del césped acá para mi dolorosa caída.

Un perro grande parecido a un lobo camina en mi dirección. Ese animal no parece amigable. Retrocedo por instinto, cierro mis ojos esperando su ataque, los vuelo abrir y lo veo frente a mi, con la adrenalina al mil por hora no me muevo, lo siento olfatearme. No hace nada, lame mi mejilla dejando húmedo mi rostro.

-Oh, espera grandulón- Lo toco. Miro el nombre en su collar.

-Enzo- Que nombre tan adorable para una mascota con aspecto desafiante. Me pongo de pie tomando mi celular, acaricio su cabeza.

-Casi me das un infarto Enzo- Un chiflido lo pone alerta, se voltea y corre hacia el hombre que veo a lo lejos. Lleva una chaqueta azul oscuro y una gorra que oculta su rostro. Seguro que a el dueño, empuñó las manos caminando hacia el.

-Disculpe señor, pero debería tener más cuidado al soltar a su mascota- Me cruzo de brazos. El tipo que por cierto es un alfa no me responde.

-Una raza de perro como esa no puede caminar sin una correa, es irresponsable- Mira a Enzo y levantó una ceja, el animal baja la cabeza.

- Espero que esto no se vuelva a repetir- Me desespero al no escuchar alguna palabra del monstruo rubio de un metro noventa ¿sera mudo?

- Y además...- La alarma de mi reloj suena, lo que me pone alerta. Para llegar a la empresa tengo que caminar 7 minutos. Empiezo a correr deprisa sin importarme que el extraño me confunda con un loco.

Creo que el perro tenía más educación que su amo.

KING ||Chestappen||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora