Sinfulness

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Nota: Claire tiene 15, Jamie 14‼️

Jamie aún no terminaba de aceptar que le atraían las mujeres, por lo que fue como un balde de agua helada cuando Claire llegó a su vida.

Claire era la hija de los nuevos vecinos, una chica alta, esbelta, pelirroja y pecosa. La madre de Jamie la envío a darles galletas recién horneadas, cuando la chica alta abrió la puerta y recibió las galletas, el corazón de la rubia se revolcó, ella era muy bonita.

— Gracias... ¿tu nombre?

La chica pecosa la miró y Jamie tardó un poco en reaccionar, sintiéndose como una idiota.

— Ah, mi nombre es Jamie Hetfield, mucho gusto, ¿cuál es el tuyo?

— Claire Burton, el gusto es mío.

La alta se despidió y cerró la puerta, Jamie retrocedió lentamente sintiendo nuevamente lo mismo que sintió cuando conoció a aquella chica mucho tiempo atrás.

"Yo no puedo volver a sentir nada por una mujer, ella fue una excepción." Se repitió la rubia al borde de llorar, al no poder conciliar el sueño, rezó durante la noche esperando que una fuerza divina apareciera y la hiciera normal.

Los días siguientes no fueron muy distintos, Jamie no se acercó a la puerta de los vecinos por varios días, pero eso no importó, porque pronto se dió cuenta de la presencia de Claire en las clases de música a las que solía ir después de clases. Agachó la mirada esperando que la pelirroja no la reconociera, estaba funcionando, hasta que llegó el pase de lista.

— Jamie Anna Hetfield.

La rubia dudó si debía contestar, pero prefería eso que confrontar a su mamá más tarde.

— Presente.

Ella ya había ubicado a Claire, miró en esa dirección y como era de esperarse, la mirada de la pecosa estaba encima de ella, quien esbozó una sonrisa y la saludó agitando la mano, Jamie también le sonrió y la saludo.

Al final de la clase, Jamie estaba por salir, pero la pelirroja la detuvo.

— Hey, Jamie, ¿por qué huyes?

— No, no, no estoy huyendo, tengo un poco de prisa.

— ¿No podemos hablar un poco al menos? Me gustaría conocerte mejor, no hay otra mujer de nuestra edad en toda la cuadra.

— Ah, sí, somos sólo nosotras dos...

Comenzaron a hablar de música, Jamie tocaba la guitarra, Claire el bajo, así que la más alta le sugirió que improvisaran un rato en su casa para no aburrirse los fines de semana.

— Eh... no lo sé, tendría que preguntarle a mamá, mañana te digo, por ahora tengo que irme.

La rubia salió disparada del lugar, Claire sólo observó como corría y rió un poco.
Jamie quería pasar tiempo con ella, parecía ser una persona muy interesante, aunque tampoco quería darle alas a ese sentimiento que comenzaba a crecer en su corazón.

Con todo y esa preocupación, fue con su madre y le preguntó si podía ir a casa de los Burton a pasar tiempo con Claire durante los fines, su madre accedió muy contenta, sin saber que estaba condenando a ambas jóvenes.

La semana se fue tan rápido como un tren, pronto llegó el sábado, habían acordado verse a las 11 am, eran las 10:59 am y la rubia estaba esperando a que dieran las 11 para tocar la puerta, mirando su reloj y nada más mientras su pierna rebotaba en el suelo, estaba muy ansiosa.

En cuanto cambió la hora, Jamie volteó hacía arriba y vió el timbre, lo tocó después de dudar varios segundos, aunque claramente sabía que ya no era momento para dudar, ya no.

One shots / MetallicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora