2.1

49 2 0
                                    

En la isla era un día normal, Mal, Sophie, Evie, Jay y Carlos se dedicaban a robar y molestar a la gente de por allí. Hasta que, después de que Sophie y Mal le robaran una piruleta a un niño pequeño, apareció la madre de ambas, Maléfica, abriéndose paso entre sus grandes secuaces.
— Hola mamá— mascullo Mal con desgana.
— Ahora tu hermana y tu os dedicáis a robar?— dijo Maléfica mirando a sus hijas y fingiendo cara de decepción.
— Ha sido a un bebé— la menor de sus hijas, Sophie, intentaba impresionar a su madre.
— Ja! Esas son mis chicas malas— dijo la adulta cogiendo la piruleta que le tendía su hija menor.
Maléfica, sin importarle que estuvieran sus hijas y los amigos de estas delante, escupió en la piruleta e hizo que tuviera un mal olor.
— Devuélveselo a la criatura— Maléfica le tendía la piruleta a uno de sus grandullones y este fue a buscar  al niño.
— Pero mamá..— dijo Sophie al ver que habían devuelto lo qe ella había robado
— Son los detalles, mi querida Sophie, los que marcan la diferencia entre malo y diabólico— esto último lo dijo levantando la mano para saludar a la madre del bebé.
— Ay se m olvidaba!— la adulta volvió a donde estaban todos para anunciarles algo.
— Los cinco habéis sido seleccionados para estudiar en otro sitio... en Auradon!— al escuchar donde tendrían que estudiar, los tres amigos de las hijas de Maléfica intentaron salir corriendo pero fueron placados por los secuaces de la villana.
— QUE!— dijo Mal atónita
— No iremos a una escuela llena de princesitas rosas y cursis— vaciló Sophie con mala cara
— Y príncipes guapos— dijo Evie con los ojos iluminados, pero cambio de idea al ver como la miraban sus dos amigas — agh—
— Y yo no voy a llevar uniforme, a menos que sea de cuero— río Jay levantando la mano para que Carlos le chocara, cosa que no hizo.
— He leído en algún sitio que en Auradon tiene perros. Mamá dice que son bichos rabiosos que se comen a los niños se se portan mal— Carlos lucia asustado y pego un grito cuando Jay ladró para asustarlo.
— Ves mamá, nadie quiere ir— dijo Mal llamando la atención de su madre.
— Chicos, vuestros padres y yo ya lo hemos hablado y hemos decidido que vais a ir. Aunque a tu madre, Carlos, no ha sido fácil convencerla, quería que te quedarás para que le hicieras la pedicura— el chico de pelo blanco hizo una mueca de desagrado.
— Creo que Auradon no va a estar tan mal después de todo— le dijo este al hijo de Jafar.
— Chicos, escuchad!— llamó Maléfica la atención de los jóvenes. — Tenéis que ir, robar la varita del hada madrina y traérnosla para poder, por fin, salir de esta isla, entendido?— Los cinco asintieron sin mucho ánimo.
— Mama, no haremos eso, sería imposible— dijo Mal desafiando a su madre.
— Mal tiene razón mamá— dijo ahora la menor. — No lo haremos.
Maléfica aproximó su cara a le de su hijas y sus ojos se iluminaron de un luminoso color verde.
Sus dos hijas hicieron lo mismo. En un momento, Maléfica y sus hijas, estaban haciendo un duelo de poderes. Mal tubo que perder el contacto visual rápido, ya que, usar así los poderes, nunca se le había dado tan bien como a Sophie, que los controlaba con fuerza y destreza.
Sophie al final decidió rendirse, ya que su madre, era una cabezota y nunca se daba por vencida.
— Toma!! Gane!! — vitoreó Maléfica.
— Y como se supone que lo vamos a hacer—preguntó ahora Mal a su madre.
— Eso ya es cosa vuestra— dijo Maléfica riendo. — A por cierto, hacer las maletas. Os recogerán mañana al mediodía—
—MAÑANA?! — dijeron las chicas al unísono.
— No me va a dar tiempo a prepararme— dijo Evie haciendo un gesto de desmayarse.
— Tanto te va a constar hacerte una maleta— se rio Jay de su amiga
— Jay no es mi problema que solo tengas tres prendas de ropa— dijo Mal defendiendo a su amiga
— Eeeh!! Que los chicos también tenemos mucha ropa— soltó un Carlos aludido
— Chicos!! Ya está bien!! — dijo ahora la villana.
— Hacer lo que tengáis que hacer pero antes del medio día — dijo esto y se marcho murmurando cosas sobre los adolescentes.
— Ya habéis oído a mi madre— Sophie hizo un gesto con la mano para que la siguieran hacia sus habitaciones.
— Menudos días nos esperan Carlitos— le susurro Jay a su amigo pasándole un brazo por loas hombros
— Ya te digo amigo. Y no m llames Carlitos— dijo Carlos mientras le daba un pequeño empujón.

____________________________________

segundo capítulo.
espero que os haya gustado 🫶🏻
perdón por tardarme tanto, es que no encontraba muy ocupada, el próximo saldrá más pronto

Cambio de parecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora