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Había llegado el día en el que los chicos de la isla llegarían a Auradon. El príncipe Ben se había encargado del más mínimo detalle para que la bienvenida de los jóvenes fuera perfecta.
Esa mañana el príncipe se levantó temprano, eran las ocho y los nuevos alumnos no llegarían hasta las once, pero Ben quería asegurarse de que todo estaba listo para la llegada de estos.
Lo primero que hizo fue ir al vestíbulo. Allí se encontró al Hada Madrina hablando con algunas criadas.
— Príncipe Ben!!— exclamó el Hada Madrina al ver al chico. — Es muy temprano, que hace ya despierto??—
— Buenos días Hada Madrina. Quiero ayudar en todo lo posible, hay algo en lo que pueda echar una mano?— Ben se acerco y le dio un beso al Hada Madrina en la mejilla como saludo. Ella era muy importante para el, ya que era la que los había cuidado a él y a su hermano de niños. Prácticamente era como su segunda madre.
— Ya has ayudado bastante cariño— dijo ella sonriente, estaba muy orgullosa del hombre en el que se había convertido Ben, y se lo recordaba a menudo. — Bueno, podrías ayudar al personal a acabar de preparar las habitaciones para los
jóvenes— Ben asintió con la cabeza y se despidió del Hada Madrina con la mano.
Ben primero fue a la habitación de los chicos, ayudó a hacer las dos camas y a colocar las cestas de bienvenida. Luego se dirigió a la habitación de las chicas. Las tres camas con dosel ya estaban echas, el príncipe solo se limitó a poner las cestas de bienvenida sobre las sábanas.

Las horas pasaron volando y ya eran las once, los jóvenes de la isla estaban a punto de llegar.
Ben, su novia Audrey, Henry y la novia de este Maddie, estaban enfrente de la estatua del rey Bestia esperando a los chicos de la isla.
— Falta mucho para que lleguen?— le pregunto Maddie, la hija de Rapunzel, a su novio Henry.
— No lo se Madds. Ben, tardarán mucho en llegar?—
— Ya deberían estar aquí, hermano— dijo el príncipe Ben preocupado y mirando el reloj en su muñeca.
— No te preocupes Beny-boo, la puntualidad no será el punto fuerte de los villanos— intento calmar Audrey, la hija de Aurora, a Ben, sin mucho éxito.
En ese momento, una gran limusina real llegó y se estacionó delante de la estatua del rey. De ella salieron dos chicos forcejeando por un trozo de tela azul. Uno, alto y musculoso, de larga cabellera morena sujetada por un gorro de lana rojo, mantenía en el suelo a su amigo, intentando quitarle la tela azul de las manos. Mientras el otro, un chico delgado con el pelo blanco, se agarraba a la tela como si fuera la vida en ello.
Después de ellos salieron dos chicas del coche. Una tenia el pelo morado y la otra el pelo azul.
— Chicos! Tenemos público— les dio un toque de atención la peli-morada a sus amigos, los cuales dejaron de pelear por la tela tan bruscamente, pero ninguno accedía a soltarla.
Ben miro a su hermano, y se sorprendió al verlo embobado mirando a la chica del pelo azul, cosa que le hizo gracia. Ben era el único que sabía que Maddie y Henry habían cortado hacia un tiempo y que mantenían una buena amistad, pero ellos seguían fingiendo ser pareja por el compromiso que tenían con sus padres.
En ese momento la quinta y última persona de la isla salió de la limusina. Era una chica esbelta y de una bonita cabellera rubia ondulada. Esta vestía prendas similares a su hermana la del pelo morado, pero las de le chica rubia eran de un tono más lila y las de la otra más morado oscuro.
El príncipe Ben no pudo evitar mirar a la chica rubia, había algo en ella que despertaba una rara sensación en el príncipe, era como si ya la hubiera visto antes, aunque eso era imposible.
— Bienvenidos a todos— exclamó el Hada Madrina, abriéndose paso entre los príncipes. — Espero que el viaje haya sido agradable—
La chica del pelo azul hizo una mueca de incomodidad, cosa que hizo gracia al príncipe Henry, y eso hizo que la chica se riera en bajito.
— Os importaría dejar eso en su sitio?— le dijo el Hada al chico del gorro y al de pelo blanco. Cosa que hicieron después de una mirada asesina de la peli-morada.
— Estamos muy agradecidos de que estéis aquí, y ahora estos cuatro jóvenes os enseñarán las instalaciones de la escuela. Lo haría yo, pero las labores de directora no me dejan tiempo— antes de marcharse el Hada dio unos golpecitos en los hombros de los príncipes y se despidió de todos haciendo una pequeña reverencia.
— Bueno chicos, esperábamos vuestra llegada con muchas ganas— dijo el mayor de los príncipes soltándose del agarre de su novia y acercándose a los hijos de villanos. — Me presento: soy el príncipe
Ben—
— Y yo soy el príncipe Henry— dijo el menor interrumpiendo a su hermano
Los príncipes y sus novias procedieron a saludar a los chicos de la isla. Primero iba Ben, luego Audrey, después Henry y por último Maddie.
— Vuestra llegada a Auradon ha echo que se inicie una nueva etapa, una etapa en la que héroes y villanos se llevarán bien y vivirán en paz.— al acabar de hablar Ben se paró delante de la última chica la rubia, que lo miraba de manera divertida.
— Me ha quedado muy formal?— pregunto Ben a la chica
— Un poco solo— dijo está conteniendo la risa
— Pues he estropeado la primera impresión— dijo el divertido
— No ha sido para tanto— dijo la chica estrechándole la mano a Ben — Por cierto soy Sophie, y como ellos no se han presentado durante tu formal discurso te hago un resumen. La de pelo morado es Mal, el del gorro es Jay, el bajito es Carlos y la del pelo azul es Evie.
— Un placer, y siento haber sido tan formal— dijo Ben un poco avergonzado al no haber prestado atención a los chicos de la isla.
— Vostras sois Sophie y Mal no?— se acercó Audrey a las hijas de Maléfica cortando la conversación de su novio con la chica de la isla. — Tranquilas, no os culpo de lo que vuestra madre le hizo a la mía, soy la hija de Aurora—
— Y nosotras no te culpamos de que tus abuelos invitaran a todo el reino a el bautizo de tu madre, menos a nuestra madre— le respondió Mal con tono de desprecio. Las dos chicas se sonrieron de manera falsa y se fulminaron con la mirada.
— Bueno empezamos con el recorrido?— dijo el príncipe Ben para cortar el mal rollo entre las chicas.
Sophie apretó la muñeca de Mal para que no perdiera los nervios.
El príncipe Ben dio dos palmadas junto a la estatua del rey y esta cambio su forma humana a la de una bestia. Esto hizo que Carlos se asustara y saltara sobre los brazos de Jay.
— Mi padre quiso que se vieran sus dos personalidades reflejadas en esta estatua para dejar claro que todos son aceptados aquí— dijo el príncipe Ben orgulloso.
El mayor de los príncipes le pidió a su hermano mayor que siguiera el recorrido porque el quería asegurase de que Carlos estuviera bien. Antes de llegar al chico del pelo blanco, el príncipe Ben interceptó a Sophie cuando esta pasaba por delante de él.
— Oye Sophie, siento el comportamiento que tubo Audrey antes. Ella a veces es así— se disculpó Ben por la actitud de su novia.
— No te preocupes Ben, a mi no me ha molestado en absoluto. Es a Mal a la que no le ha sentado muy bien.— dijo la chica haciéndole un gesto a Ben para que caminara ya que se habían quedado parados y el grupo estaba adelantado.— Mi hermana suele perder los papeles rápido—
— Bueno hablaré con Audrey para que esto no se repita, y así tu hermana no perderá los papeles.— dijo el príncipe algo divertido
— Muy amable por tu parte Ben— los dos rieron y acabaron mirándose a los ojos. Ben notó que la mirada de Sophie era dulce y sincera, algo no muy típico en una villana. Y Sophie se dio cuenta de que Ben la miraba con unos ojos con los que no la había mirado nadie, los tenía iluminados.
— Bueno...— dijo Sophie cortando el momento. — Y si nos unimos con el grupo?—
— Claro.. E- estamos algo separados— dijo el príncipe algo nervioso. — Seguro que irán a las habitaciones. Sígueme. — El príncipe le hico un gesto con la cabeza a la chica para que lo sugiera y los dos fueron a buscar al resto del grupo.

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Este capitulo es un poco más largo para compensar la tardanza.
Espero que os guste🫶🏻

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