PT2: Capítulo 5 - hasta siempre

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OSAMU DAZAI

13 AÑOS ATRÁS

— Te quiero vivo Dazai, así que te dejaré en la sucia calle para no verte cuando te mueras, cochino de mierda.

— Pero papá... N-no tengo a donde ir — Dijo el castaño con un semblante triste y agotado por tantos golpes.

— ¿Crees que me importa? Algún día encontrarás a una persona que te tratará peor que yo, y después tú tratarás como mierda a todo el mundo. Ahí es cuando entenderás mi sufrimiento, Osamu Dazai.

ATSUSHI NAKAJIMA

Dazai-san ha estado decaído estos días...

Sus vendas han estado sucias y rojas, no sé de qué. Sus ojeras iban aumentando de tamaño significativamente cada día, viene despeinado y ya no hace sus bromas sobre el suicidio. ¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué ya no es el mismo?

Creo que estaba así por la pelea que había tenido con Chuuya. Hace unos días, a Akutagawa y a mí, nos habían invitado a la casa de Chuuya-san para una noche de películas, oferta la cual no rechazamos. Sin embargo, mientras preparábamos las palomitas, Dazai y el peli naranja empezaron a discutir agresivamente en otra sala, Ryu y yo solo escuchamos silenciosamente. Fue algo así:

— ¡Mierda Osamu, que yo te vi! ¡Admítelo que querías ahorcarte con la maldita cuerda, estúpido! — Gritó Chuuya mientras lloraba — Querías dejarme solo de nuevo, pero esta vez para siempre...

Empezó a llorar más fuerte, esta vez abrazando a Dazai-san y agarrándolo más fuerte.

— ¡Chuu, no, no, no! Yo nunca haría eso, solo estaba decorando para esta linda noche, ¡Créeme, por favor!

— ¿¡Con cuerdas!? Dazai, estamos con los chicos en la casa, no te me pongas con estas tonterías que ya sabes qué te pasa, después que se vayan hablamos, no quiero que presencien algo tan horrible. — Respondió en un susurro mientras se secaba las lágrimas de su cara.

— Chuuya, sabes que te quiero, ¿no?

— No creo que lo hagas, ya no me hables.

— Chuuya... — Murmuró el castaño agarrando la muñeca del contrario

— ¡No me toques! ¿Sabes qué? ¡Te vas! ¡Todos se van!

— ¿Qué?

— ¡Ya no te quiero! Me hartaste... solo me haces sufrir, Osamu. — Gritó amargado el de menor tamaño — ¡Akutagawa! ¡Atsushi! Se van, ya, por culpa de Dazai-san, adiós, hasta otro día.

— Sí, Chuuya-san — Replicó Ryu — Nos vamos, Jinko, ya vemos películas en mi casa.

¡¿Por qué estaba tan tranquilo con la situación?!

— Todo va a estar bien, Chuuya-san, arreglarán las cosas.

— Adiós, chicos, perdonen todo esto, disculpa.

— Sí.

— Sí.

Al día siguiente fui a mi trabajo y me encontré con Dazai-san, estaba más decaído de lo normal y lo encontré hablando con Kunikida-san.

— ¡Porfaa! Cúbreme el turno, tengo que irme temprano. — Se quejó el castaño

— Pero que me digas que vas hacer — Replicó el rubio

— ¡Es secreto! Jeje...

— Dazai.

Ví que se estaban acercando a mí durante la conversación, hasta que Dazai me empezó a abrazar para seguidamente mover mi cuerpo de adelante hacia atrás.

— ¡Dazai-san!

— ¡Mira que hasta Atsushi está de acuerdo con que me vaya! Kunikida-kun~

— Ya pero solo por hoy.

— Gracias por todo. Te quiero, recuérdalo, ¿sí? — Respondió el chico — Gracias por siempre regañarme y querer hacerme trabajar, gracias por tenerme paciencia. Espero que cumplas con tus ideales.

— ¿Por qué dices eso? Nos vamos a ver mañana, estúpido.

Todos teníamos una cara de confusión a excepción de Dazai-san, su semblante era nostálgico.

— Y Atsushi-kun... Sigue amando a Akutagawa, se merece todo el amor del mundo, sigue viviendo y nunca pares. ¡Esfuérzate! ¡Plus Ultra!

— ¿Por qué me dice esto, Dazai-san...?

— ¿Acaso no puedo? Gracias por acompañarme.

Dijo eso antes de retirarse de la Agencia de Detectives, pero lo que no sabía era que al castaño no volvería a ser visto por otras dos semanas.

Nadie sabía sobre su paradero.

En la noche me encontraba acercándome al departamento de Dazai-san, para preguntarle sobre su extraña actitud y que se pudiera desahogar.

Pero, no estaba en su habitación y la puerta estaba abierta, no había nadie. En ese momento decidí dejarlo así, sin preocupaciones, pero no lo volví a ver.

Akutagawa me comentó que sería mejor iniciar una búsqueda con Chuuya-san, él debería de saber dónde estaba, porque al final de todo, seguía siendo su novio. Pero el peli naranja no paraba de llorar, yo de desesperarme y toda la agencia de preocuparse.

La segunda noche, su apartamento estaba cerrado, y no podíamos abrirlo, de ninguna manera. La tercera, cuarta, quinta y todas las noches restantes, el ambiente estuvo incómodo y triste... Dazai-san no aparecía, y ya habían pasado 14 días.

— Mierda... — Le dije a Ryu por llamada — ¿Ahora qué? Dazai-san no aparece.

Estaba a punto de llorar, pero tenía que ser fuerte. Eran las 4 p.m y estaba saliendo del trabajo temprano.

— Hay que preguntarle a Chuuya-san — Respondió Akutagawa por el otro lado de la llamada — ¿Quieres que te recoja, Atsu?

— Por favor, de paso hablamos con Chuuya-san.

— Como desees. — Hubo un silencio cómodo y corto después de eso — Te quiero.

Colgó.

No podía expresar el amor que sentía por él, era tan grande, sacrificaría mi alma, cuerpo, mi vida con tal que esté bien. Era mi todo, y yo era su todo, solo somos dos, lo amo, lo amo, lo amo, lo amo. Me tranquiliza saber que me quiere, me hace sentir bien que me abrace y bese, por él tenía todavía una esperanza que Dazai-san seguía vivo.

Ryunosuke, quédate siempre a mi lado.

Pero... Teníamos que llegar a la raíz del problema.

Akutagawa me vino a recoger, y me llevó a la mansión de Chuuya-san para poder hablar con él, sin embargo, me empezó a llamar Dazai-san en el carro. Respondí raudamente.

— ¿Hola? ¿Dazai-san? ¿Dónde estás? — Hablé rápidamente — ¡No lo veo hace semanas!

Lo puse en altavoz para que Ryu escuchara.

— Atsushi, me voy a suicidar esta noche. Puede ser que lo haga con un cuchillo o simplemente por arte de magia.

— ¿Qué...?

— Las mugrosas paredes, la oscura luz, la casa vacía, son asuntos baladíes. Cuando muera, te encargo dos cosas: Dale mi casaca a Chuuya Nakahara y que me entierren al costado de la lápida de Oda, siempre ven a visitarnos.

— ¡¿Dazai-san, de qué me está hablando?!

— Adiós, Atsushi-kun. Hasta nunca.

Colgó. Colgó... ¡Colgó!

— ¡Dazai! — Grite como un loco, puedo decir que el sonido fue tan estrepitoso y fuerte que Chuuya-san lo pudo escuchar aunque estemos a unos metros de su casa.

Akutagawa y yo estábamos anonadados.

¿En serio Dazai-san se iba a suicidar? ¿Por eso había desaparecido por dos semanas?

Me estaba aguantando las lágrimas, ¿qué estaba pasando?

¿La situación se fue de nuestras manos?

— Hasta siempre, Dazai-san. — Dijo Akutagawa

Be mean to me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora