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—Dios, ¿y si me reconoce? —Caminaba de un lado a otro mientras Ria estaba sentada en mi cuarto, había que hacer algo.

Esta bufo mientras me miraba.

—Primero cálmate, se me escapó tu nombre. ¡Tu misma lo dijiste! Ahí muchas chicas que se llaman estrella o no sé que mierda... —llevo sus manos hacia su cabello peinandolo con las uñas.

—ah, para que más. Ahora dilo cada vez que puedas al frente de el. —Hable con humor

—¿Podrías dejar de preocuparte? Tu sola decidiste mandarte tremenda escena, Que para cagar no te he pedido explicaciones. Agradece. —Me apunto.

Alce mis cejas ante su demanda.

—¿Que? No necesito darte explicaciones de nada. Ese mal parido se cree que puede mandar a todo el mundo. ¡Sabiendo que nadie lo hace por gusto si no por quién es! —Hable Con ira tirando cosas de la mesa.

—Deja de gritar, ¿Quieres? No te calientes la cabeza pensando en eso. No por que te hayas encontrado con el te volverás débil o algo así. No tuviste miedo de ponerle un filo en la cabeza ¿Por que ahora tendrías miedo de que puede hacer?

Hablo con tranquilidad.

—¿Saúl? -Hable cambiando de tema.

—Ni idea, Llevo aquí escuchandote reclamar desde hace cinco horas.

Rodeé los ojos y me quedé en silencio.

—No me voy a quedar aquí sin hacer nada.

Salí de mi habitación y escuché a Ria saliendo detrás de mi, baje las escaleras hacia la primera planta donde había gente de aquí haya.

—¿Donde esta Bullmastiff? —Hable, hacia mis hombres.

—En la oficina con el Sr. Saúl.

Sin decir más caminé hacia la oficina entrando casi azotando la puerta. Ahí estaba. Me acerqué hacia Saúl que este me miró y seguido Bullmastiff, este hijo de puta. Saque mi Katana.

—hijo de puta, fuiste tú. —Lo acorrale en el escritorio mientras ponía mi Katana en su cuello.

Este sin saber que decir titubeaba palabras, estaba nervioso. El sabía a lo que me refería.

—¿Quien mierda es culpable de esos robos decías tú? —Aprete el agarre de el filo en su cuello haciendo presión.

—No lo sabía, Fue una suposición... —Hablo en un susurro lo suficiente como para escuchar.

—¿Culparnos como ladrones es una suposición cabron? ¿Crees que gaste todos estos años de mi vida pensando en ese hijo de perra como para que vengas con tus suposiciones? —Ria se sentaba en el escritorio mientras sonreía.

—No, perdón.

—Sabes muy bien que en mis negocios también ahí robos. ¿También podría suponer que es el idiota de los Kaulitz? —Lo solté bruscamente.

Empezó a toser desenfrenadamente mientras se aclaraba la garganta y arreglaba su traje.

—Puedo arreglarlo, Fue un error y es todo.

—No, aquí no hay errores, No ahí segundas oportunidades. Los errores no existen, lo que si existe es gente inútil como tú. —Estaba dispuesta a matarlo, pero Ria hablo deteniendome.

—No sacarás nada con matarlo, Si desea seguir viviendo tendrá que trabajar para nosotros. —Hablo calmadamente mientras el asentía hacia mi dirección.

No tenía intenciones de soltar el filo ni mi Katana, estaba cegada.

—Ria tiene razón, No es una opción desvivirlo.
—La voz ronca de Saúl resonó.

𝐔𝐍 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐃𝐎 - 𝐓𝐎𝐌 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙  (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora