❝Entre hilos y piel humana, una fina línea de lo perturbadormente exquisito se hace ver❞
¿Alguna vez te has imaginado lo satisfactorio que sería para ti mismo escabullirte entre las toscas manos de un ser totalmente perfecto y hermoso?
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La habitación estaba bañada por la luz dorada del atardecer, ese momento en que el día parece querer alargarse indefinidamente antes de caer rendido ante la noche. Jimin, con el ceño ligeramente fruncido, deslizaba su dedo por la pantalla de su teléfono, buscando algo que aún no sabía definir. A su alrededor, el aire estaba cargado de una expectativa silenciosa, un deseo compartido por encontrar el destino perfecto para sus próximas vacaciones de verano.
━ ¿Qué tal la playa este año? ━ sugirió, rompiendo el silencio que había reinado durante varios minutos. Su voz era ligera, casi despreocupada, como si la idea no fuera más que una de tantas que se habían lanzado al aire en las últimas horas.
Uno de sus amigos, Seok-Jin, recostado en el sillón con una expresión de hastío, soltó un suspiro prolongado antes de responder.
━ La playa está bien, Jimin, pero todos los años hacemos lo mismo ━ replicó, su tono evidenciaba el tedio que la rutina empezaba a causarle. En sus palabras había una súplica silenciosa, una necesidad de algo más, de romper con lo establecido y descubrir algo nuevo.
Jimin asintió, reconociendo en esas palabras el eco de sus propios pensamientos. La playa, con su arena dorada y su mar infinito, siempre había sido una opción segura, un refugio conocido donde los días transcurrían entre el sol y las olas. Pero ese año, algo en su interior lo empujaba a buscar más allá, a explorar territorios inexplorados, aunque solo fuera en su imaginación.
Mientras sus amigos continuaban la conversación, lanzando propuestas que se desvanecían tan pronto como eran pronunciadas, Jimin se dejó llevar por un impulso. Abrió una aplicación de redes sociales y comenzó a buscar, sin un destino concreto en mente, dejando que las imágenes y las palabras de extraños lo guiaran. Había algo casi hipnótico en ese acto, como si cada fotografía que pasaba ante sus ojos fuera una ventana a un mundo nuevo, una posibilidad latente esperando a ser descubierta.
