Aquí va el capítulo 9:
---
El auto de Enzo rugía suave por las calles de Londres, iluminadas por las luces de la ciudad. Sabrina miraba por la ventana, el silencio entre ellos solo era roto por el sonido del motor y algún que otro suspiro de Enzo. Él, como siempre, no podía quedarse callado por mucho tiempo. Con una mano en el volante y la otra apoyada despreocupadamente en la puerta, decidió romper el hielo.
—Che, gorda... —dijo con ese tono medio canchero que siempre le sacaba una sonrisa, aunque intentara no mostrarlo—. ¿Te acordás cuando te llevaba a tu casa después del cole? Siempre te hacía reír, aunque estuvieras enojada conmigo. Como ahora, más o menos.
Sabrina lo miró de reojo, tratando de mantener su postura fría. No podía permitirse bajar la guardia, no después de todo lo que había pasado. Su corazón quería recordar los buenos momentos, pero su mente le recordaba constantemente lo que había dolido.
—No te hagas el gracioso, Enzo. Las cosas no son como antes —le contestó, tratando de sonar firme.
—Ah, ¿no? Porque yo te veo igual de linda, ¿eh? Y eso que pasaron años —respondió él, con esa sonrisa torcida que parecía imposible de resistir.
—Ya te dije, las cosas cambiaron. Vos seguís con Valentina, y yo con Fabrizio. Lo de anoche fue... no sé, un error. —Sabrina se mordió el labio, no muy convencida de sus propias palabras.
Enzo soltó una carcajada suave, pero sin dejar de concentrarse en la carretera.
—Error, dice. Dale, gorda, no seas así. Sabés que lo que pasó fue porque todavía hay algo entre nosotros. No me vengas con chamuyos ahora. Lo sentiste igual que yo.
—¿Sabés qué? Dejá de hacerte el canchero, Enzo. Siempre igual, siempre queriendo hacerme caer en tus juegos. Pero yo ya no soy la pendeja que era antes. Ahora las cosas son distintas. —Sabrina cruzó los brazos, molesta.
Enzo sonrió con calma, esa actitud de turro que parecía imparable. Él sabía que, aunque ella se resistiera, algo dentro de ella seguía respondiendo a su forma de ser.
—Dale, Sabri... Yo sé que no soy ningún santo, pero tampoco soy el mismo boludo de antes. Y si te chamuyo es porque te quiero, eso no cambió. —Le lanzó una mirada rápida, intentando conectar con ella.
—Eso es justo lo que me preocupa —respondió Sabrina, más seria, intentando ignorar cómo sus palabras la desarmaban un poco.
Llegaron al hotel y el auto de Enzo se detuvo frente a la entrada. Sabrina suspiró, queriendo terminar con ese momento antes de que se complicara más. Antes de poder decir nada, su teléfono sonó. Miró la pantalla: Fabrizio. Un nudo se le formó en la garganta.
—Hola, amor —contestó con un tono lo más normal que pudo.
Enzo se quedó quieto, mirándola de reojo, sin decir nada. Sabrina intentó concentrarse en la conversación con Fabrizio, pero sentía la mirada de Enzo quemándole la piel.
—Sí, ya estoy en el hotel. Te llamo más tarde, ¿sí? —dijo Sabrina rápidamente, cortando la llamada antes de que pudiera alargarse.
Cuando guardó el teléfono, abrió la puerta del auto para bajarse. Pero antes de que pudiera salir, Enzo la detuvo con una sonrisa traviesa.
—Che, gorda, mandale saludos a mi amigo Fabrizio, ¿eh? —dijo con esa voz cargada de picardía.
Sabrina lo miró con una mezcla de exasperación y diversión. Le lanzó una mirada fulminante, pero no pudo evitar soltar una risa seca mientras cerraba la puerta del auto.
—Sos un pelotudo, Enzo. Nos vemos. —Y sin más, se dirigió hacia la entrada del hotel, sin mirar atrás.
Enzo se quedó mirándola un segundo más desde el auto, con una sonrisa dibujada en los labios. Sabía que la situación era complicada, pero algo en su interior le decía que la lucha recién comenzaba. Sabrina todavía tenía el poder de descolocarlo, pero él también sabía que tenía la paciencia para insistir.
Encendió el auto de nuevo, pero en su cabeza, Sabrina seguía presente. Y aunque sabía que había mucho por resolver, no podía evitar sentir que, pase lo que pase, ese vínculo entre ellos seguía ahí, como un fuego que se negaba a apagarse.
---
![](https://img.wattpad.com/cover/375031562-288-k662563.jpg)
ESTÁS LEYENDO
REENCUENTRO | Enzo Fernández (PAUSADA)
Fiksi PenggemarSabrina y Enzo, quienes se conocieron y se amaron desde adolescentes. Tras una traición que separa sus caminos, Sabrina se muda a Italia y Enzo a Inglaterra, donde ambos construyen nuevas vidas. Años después, un destino inesperado los reúne en una s...