minji era consciente de que la diferencia de clases sociales y económicas en el fondo no significaban nada, sobre todo para ella, la que siempre estuvo en contra de ese concepto, pero saber que junggoo estaba intentando romper con ese círculo de abuso hacia gente de su propio lugar, como persona perteneciente a esa clase social ‘más baja’, se sentía algo orgullosa. como si realmente fuera su subordinada, y le correspondiera hacerse cargo de ella.
por su parte, jungoo hacía un buen trabajo. al parecer era así, su personalidad, desde el principio. y sucedió algo entre medio que la hizo cambiar completamente. hablaba sobre pensamientos de una orden, de una organización de alumnos que logró convencerla con muchísima manipulación que las cosas eran tal como ellos querían que fueran; con una subordinación total de las personas que se hubieran ganado la lotería. minji y nami no conocían en absoluto la existencia de esta orden de la que hablaba junggoo, y encima la condesa hablaba acelerada y nerviosa sobre el tema. como si le tuviera miedo a las consecuencias de estar cambiando a mejor. sin embargo, quienes sí sabían de ésta orden eran las amigas más cercanas de la condesa: las princesas herederas al trono.
a pesar de que a nami no le agradase tanto ese grupo, aceptó juntarse con minji y ellas esa tarde en la que, luego de salir de la evaluación de modales generales y tener la aprobación de los profesores, estaban dispuestas a hablar sobre la orden para informarle las sospechas que tenían a las dos muchachas.
─── ayer me diste a exponer en twitter, rosie. ─── se quejaba junggoo, nerviosa, porque sabía a lo que venían y eso al parecer la dejaba con los pelos de punta. jennie y lalisa se reían de la pobre condesa que, últimamente, hacía muchas más cosas graciosas e impredecibles que antes.
eso daba pie a que se llevasen mejor ella y minji, estando cada vez más cercanas y dándose permiso de bromear entre las dos con el tema anterior, aunque a la rubia le doliera un poco todavía el cómo junggoo se propuso a tratarla apenas entró.
─── merecido. ─── le sacó la lengua roseanne, haciendo que todas rieran. todas menos nami, la que se acomodaba en su sitio y jugueteaba con sus dedos de piel tostada, como incómoda con la situación. roseanne sonreía sin parar cuando se acercó a ella, y le apretó las mejillas de su rostro redondo.─── ¡tú! ánimo, princesita de hielo.
algo azorada bajo el maquillaje, nami sonrío de vuelta, mostrando sus hoyuelos.─── disculpa, ando pensativa.
─── o celosa. ─── le sacó la lengua roseanne, intentando hacerla reír. pero fue extraño, porque la de cabellos blancos no hizo más que sonrojarse y negar con la cabeza de inmediato. casi como si fuera en serio y no se esforzase en no hacerlo obvio. la princesa de aotearoa alzó las manos para dejarla tranquila y retrocedió, aunque se le notaban los ojos apagados detrás de la faceta de pasarla bien y ser simpática.
no hubo momento de silencio, sólo risotadas. estaban sentadas bajo la intemperie de inicios de otoño, esa época del año en que empieza a estar fresco y el sol aún alumbra con todo el candor que puede. era hora de la merienda, un momento muy preciado del día para los alumnos de las academias reales, así que se hallaban tomando té y comiendo pasteles de azúcar flor y frutas bajo un enorme árbol, sentadas alrededor de una mesa de mármol y oro que se habían apropiado a usar al parecer desde que se formó el grupo. la luz dorada y naranja del atardecer iluminaba la tez brillante y sana de minji, la que intentaba no marearse por la cantidad de conversaciones a su alrededor.
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SOUBRETTE 𐙚 軽薄な . FEM GGUKMIN AU.
Fanfiction« Sabes bien a qué me refiero, Minji Park. Oh sí, me sé tu nombre. Apenas lo saqué de la tómbola supe que tendría que grabármelo en la cabeza, competir contigo, tenerte en la mira. No ayuda que seas guapa como una de nosotros, pero que se te quede g...