el ojo público era realmente agotador para minji: la sola idea de siempre estar cuidando su imagen le daba dolor de cabeza, y al parecer era un requisito para ocupar un sitio en parlamentos, ministerios y ocupaciones políticas en general. salió de la clase de imagen pública con una mueca disconforme en su rostro, mucha hambre y pensando en si había hecho bien en escoger ese rumbo, esa oportunidad que le dieron de la noche a la mañana. caminaba aferrada a su bolso de felpa blanca, buscando con la mirada a nami, quien iba en una clase superior a ella y le dijo que podía buscarla si se sentía sola o necesitaba ayuda.
pero los pasillos enormes de la escuela la mareaban, iluminados y sofisticados. se sentía intimidada por la forma en que las demás muchachas caminaban, observaban, se comportaban delicadamente. como damas de alta sociedad. ah, en serio minji no encajaba ahí, no le daba la sensación de que alguna vez podría socializar y desenvolverse bien en esa escuela. reconoció algunos rostros de la realeza, como la princesa de tailandia (quien vestía pantalones de deporte debajo de la falda) o la marquesa de beauffort (quien tenía la mirada más helada que pudo presenciar en su vida, no por el color, si no que por la actitud desalmada de sus expresiones).
tropezó con su propio pie, y fue por ello que se dió cuenta de que estaba caminando con pasos torcidos, como cada vez que se aterraba y no sabía de qué manera salir. lamió sus labios, buscando la taquilla que le habían asignado la noche anterior, antes de que se escapara de las garras de la directiva para esconderse en su habitación. encontró la taquilla después de un largo par de minutos, en los que sintió que el aire la ahogaba, y abrió la puerta con los dedos temblando cuales gelatinas.
sabía que podía personalizar el interior de la taquilla como gustase, pero no se esperaba ver que hubieran luces led, un espejo y bellas ropas de recambio al interior de la taquilla. salir de la clase de imagen pública y ver que el maquillaje era pristino, monotemático, y que venía incluído como algo obligatorio sólo la hacía confirmar su incomodidad con el tema de siempre estar en el ojo público, en ser la cosa de la que todos hablan en la cena o para matar el tiempo. le provocaba un temblor que nacía de sus piernas, las cuales se querían mover por cuenta propia hacia los jardines, y luego al camino para tomar un autobús hacia uria y no volver a pisar aquella academia.
agarró la puerta de la taquilla, el tacto de la madera lijada dándole un buen gusto en los dedos, y se apoyó en la misma con una mirada pensativa, acongojada. mordía su labio inferior, no podía dejar de mirar los libros que estaban acomodados ahí adentro; historia política, sociología, economía básica, métodos de ecologización... ¿realmente estuvieron estudiando esas cosas los grandes mandatarios alrededor del mundo? porque no se notaba en lo absoluto. minji tenía la sensación de que algo más pasaba detrás de escenas como para que todo el conocimiento de la escuela quedara en vano, en el aire.
un sentimiento incómodo se instaló en su pecho, pero antes de poder prestarle atención del todo, alguien la interrumpió;
─── ¡tú eres la de la tómbola! ─── exclamó alguien a su lado, sonriente. la rubia se giró para ver de quién se trataba, y era una muchacha de aproximadamente la misma edad de minji, con el pelo largo y castaño, ondulado de una manera muy bonita, y son sonrisa en forma de corazón. su uniforme era estándar pero usaba encima un suéter con un cuadro bordado de takashi murakami. no sabía cómo descifrar el brillo de sus ojos pequeños.─── yo soy hyeonsook jeong, el año pasado también me sacaron de la tómbola.
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SOUBRETTE 𐙚 軽薄な . FEM GGUKMIN AU.
Fanfic« Sabes bien a qué me refiero, Minji Park. Oh sí, me sé tu nombre. Apenas lo saqué de la tómbola supe que tendría que grabármelo en la cabeza, competir contigo, tenerte en la mira. No ayuda que seas guapa como una de nosotros, pero que se te quede g...