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Había olvidado lo bien que se sentía dormir con su Alpha, con Izuku. Cuatro años sin su presencia, fue una experiencia horrible para el Omega. La cama ahora no estaba vacía, ya que Izuku ocupa una gran parte de esta.

Ahora, porque antes no era tan corpulento, según Katsuki cuando vio que Izuku se puso una ropa más cómoda, había engordado un poco. Era obvio, de seguro paso días comiendo chatarra en vez de algo saludable. Cómo la comida de Kacchan.

Pero, a Katsuki no le molesta, es más, le gusta que Izuku sea más grande que antes. Los brazos de él alrededor de su cuerpo, protegiéndolo y dándole comodidad era una sensación que le dió un placer al Omega.

El aire acondicionado estaba a la temperatura más baja, un frío que es opacado con el calor que emana el Alpha a su Omega, una sensación de suavidad en cada toque y acaricia de Izuku dobre su vientre. Los besos sobre su cuello, eran tan electrizantes que Katsuki pedía entre ronroneos y susurros muchos más.

Izuku se los daba todos, y a veces, Kacchan devolvía los besos a las mejillas pecosas haciendo ronronear al peliverde también. Solo eran ellos dos, en su vieja intimidad.

Dándole lo que el Omega quería desde hace mucho tiempo, su Alpha. Cómo desean los dos que la noche sea eterna para estar enredados en sus mantas y en sus propios cuerpos.

El aroma a mentol combinado con caramelo bailan en el ambiente en una deliciosa combinación.

Y cuando Katsuki despertó en la mañana, después de la mejor siesta en años, se encontró en su cama solo, con un espacio vacío a su lado, recuerda lo que su lado Omega dijo anoche, suspiró cansado. Ya sabía que aquello iba pasar, Izuku siempre fue así.

Se levantó con los ánimos en el suelo y bajo hacerle el desayuno a su hijo, hasta que escuchó risitas en la cocina. Al asomarse, encontró a su ex esposo y su hijo jugando con la harina de panqueques, llenando su cara de huevo crudo y masa.

Antes de que Izuku fuera jefe del departamento de detectives, había momento así mucho más seguidos, asi que para Katsuki, era un milagro ver aquella escena y, extraña ¿Izuku no tenia que irse a trabajar?

Pero, no dejo pasar una oportunidad que no se ve todos los días y se escabulle en la cocina para comenzar a jugar con ellos, Izuku se sorprendió de verlo jugar y Hiro también.

Katsuki se sintió en familia después de cuatro años y no fue el único. Estuvieron lanzándose comida hasta que la cocina quedó sucia, Izuku y Hiro se pusieron a limpiar, mientras el Omega comenzó a preparar el desayuno.

El Alpha peliverde se sentó con su familia en la mesa cuando el desayuno estuvo listo, Hiro tenía una sonrisa de par a par. Y eso para Izuku era suficiente, incluso Katsuki estaba radiando de alegría.

Al terminar, Katsuki se dispuso a dejar todo limpio, tenía que irse a trabajar, Hiro haría los quehaceres doméstico porque tiene que quedarse en casa por el incidente en el que estaba involucrado. E Izuku también tenía que irse, pero, ayudo en la cocina a Kacchan antes de ello.

Y entonces, una duda apareció en la cabeza de Katsuki.

—Pense que te habías ido, ¿No tenías que trabajar temprano?

Izuku sonrió y se acercó a su Omega para decirle algo al oído, pero Hiro que iba pasando por allí lo escucho.

—En realidad, me voy a quedar más tiempo aquí. Si es que aceptas, después de todo, está es tu casa.

—¡Si!¡Por favor, papá! —gritó Hiro, haciendo brincar a sus papás que enseguida fijaron su mirada en él —¡Deja que padre se quedé!¡Por favor!

Katsuki suspiró con un sonrisa al ver cómo su hijo hace plegarias con sus manos.

—Esta bien —dijo, Hiro saltó de felicidad. Cuando esté se fue articulando un millón de palabras de lo que iba hacer con su padre en casa, y Katsuki se dirigió hacia Izuku otra vez —¿Por qué quieres quedarte?

El Alpha agarró la cintura de su Omega y lo apego a él, para esta vez, susurrar en un tono más bajo a su oído, algo que Katsuki había deseado oír hace tiempo.

—Porque quiero recuperarte, lo decidí anoche.

Lo confesión sonrojo al rubio de inmediato. Izuku, ¿Quiere recuperarlo?¿Acaso estaba soñando?
—¿C-cómo?

—Me di cuenta que nuestra separación te ha hecho mucho daño a tí y a nuestro cachorro. Y la principal razón por la que nos separamos, fuí yo. Entonces, voy dar mi esfuerzo para recuperarte de nuevo.

—¿Y tú trabajo?

—Mi familia, mi Omega y mi hijo, son más importantes que... Que mi trabajo.

—Izu...

—Voy a volver a cortejarte, no me rendiré hasta ser lo que deseabas que fuera antes.

Katsuki abrió sus ojos ante esto, no esperaba que Izuku dijera aquello. Siempre pensó que al Alpha le importaba más su trabajo que su familia, bueno, si le importa es solo que el trabajo siempre lo consume mucho.

El tema del trabajo fue una de las muchas peleas que tuvieron ellos dos en su matrimonio. No a lo largo, solamente durante tres años antes de su divorcio, cuando Deku había sido ascendido a jefe del departamento de detectives.

Hiro tenía diez años en ese tiempo, cuando las discusiones comenzaron y Katsuki llegó a su límite, decidió divorciarse y jamás pensó que Izuku aceptaría.

Pero, lo que no sabe es que Izuku estaba conciente del daño que le hacía su familia y pensó que era mejor alejarse, años después, se dió cuenta de que fue un error.

Ahora quiere recuperar a su familia y lo que más ama, si tendría que sacrificar su trabajo, lo haría. Iba volver a unir a su familia y a conquistar a su Omega otra vez.

Y vaya que se lo tomo enserio, cuando Katsuki llegó a su trabajo encontró un regalo florar en su escritorio, por un momento pensó que era el otro Alpha que lo estaba cortejando pero, el aroma, los dulces amargos con café y una carta, decían Izuku Midoriya en cada rincón.

Además del mensaje que le mando Izuku diciendo que espera que le hayan gustado las flores, fue la confirmación.

Katsuki sonrió y volvió a sentir las maripositas en su estómago. Como si fuera la primera flor que Izuku le había dado, recuerda que aún tiene la guardada en su album junto con las Miles de cartas escritas a mano del peliverde que le enviaba todos los días.

Y estaba repitiendo su cortejo viejo para recuperar a su esposo. Desconociendo que Katsuki no necesita volver a ser cortejado pero de igual manera, lo va disfrutar mucho.

Hablando de las flores... Y el porque Katsuki pensó que era de otro Alpha, es porque ese mismo enserio es muy insistente, no hay día que no vea una flor en su puesto de trabajo. Excepto hoy.

Sin saber, que el otro Alpha que ha estado cortejando a Katsuki y acosando por no decir otra cosa, si había dejado un ramo un poco más pequeño que el de Izuku. Pero aquel ramo de lindas flores, fueron quemadas por el mismo Izuku Midoriya.

El Alpha se dió cuenta de ese objeto intruso, de ese olor intruso que se iba impregnar en su Omega, en su Kacchan. Pudo notar el olor, ese débil olor ajeno en la ropa de Kacchan.

Supo que era un Alpha extraño queriendo quedarse con su Omega por su hijo, ayer Hiro en medio de una partida de videojuegos se acerco y le susurró.

—Hay un Alpha que ha estado cortejando a papá estos últimos meses, mi papá lo ha rechazado como unas 53 veces y no se rinde. Se que sonara mal, pero doy gracias al lío que me metí para traerte de nuevo.

Ese maldito regalo de cortejo trajo de vuelta los celos que Izuku jamás había sentido en sus años de casado. Tomo las flores y las remplazo por las suyas con su aroma que inundó la oficina de su Omega.

Y quemó las flores del otro, las piso y las hizo cenizas. Esos sentimientos de otro tenían que quemarse, hacerse cenizas, porque no es lo suficiente bueno para su Katsuki, para su Omega.

E Izuku va quemar cualquier sentimiento de intrusos quien quieran quitarle a su Omega, su Kacchan.

Kacchan es solamente para él.

•••

Te Extraño - [Dekubaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora