48. Nacimiento

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Gritos de dolor y desesperación provenían de una casa humilde donde pete estaba listo para dar a luz el parto se había adelantado, aunque pete estaba algo débil la ayuda de la señora que lo encontró era mucha solo esperaba que su esposo llegara rápido con la partera, Pete quería que Vegas estuviera con el en el nacimiento de sus hijos como lo habían soñado pero ahora todo era distinto que tenía miedo.

  - las contracciones eran muy fuertes jamás imaginó el dolor que sería la hora de dar a luz, ya que a la hora de hacerlos eran muy satisfactorio pensó pensó Pete buscando una forma de distraerse, rogaba que vegas lo encontrara y viera a sus bebés

Pasaba el tiempo y había caído casi la noche cuando llegó la partera en compañía del esposo de la señora rápidamente pusieron a calentar agua y acomodaron a Pete en una posición más cómoda buscando paños secos, la respiración de pete era agitada no sabía desde a qué hora estaba sometido al dolor que le producían las contracciones

Al ser un primerizo a pete le costaba demasiado pujar el bebé aún no se veía pero era cuestión de minutos para que comenzara a nacer.

- Vegas había salido como alma que lleva el diablo  a la dirección que su tío le había dado cabalgó lo más rápido posible pero cuando llegó a aquel lugar no había nada ningún rastro de pete la casa estaba desocupada todo estaba muy inhabitable como era posible su adorable esposo estuviera en un lugar como ese busco cualquier señal de pete pero solo encontró un pequeño pañuelo como los que usaba pete, su tío lo había engañado pensó pero quizás si pete logró escapar o alguien más lo encontró Vegas se sentía muy impotente por no poder cuidarlos.

Volvió a subir a su caballo y Recorrio toda la zona quizás pete estaba cerca porque su corazón así lo sentía que él y sus hijos estaban muy cerca.

- siguió su camino hasta que vio una casa a lo lejos con luz, fue directo hasta ahí quería preguntar si alguien había visto a pete de casualidad cuando llegó a la puerta ruidos y gritos se escuchaban creía haber escuchado la voz de pete y algo en su corazón se aceleró y comenzó a tocar la puerta con mucha fuerza sin duda el pete estaba ahí adentro.

Rápidamente el señor abrió la puerta pensando que quizás alguien podría venir pidiendo ayuda cuando abrió la puerta vio a un hombre muy apuesto  algo sudado con ojos cansados y muy agitado, vegas muy agitado preguntó a aquel señor si había visto a un joven doncel embarazado  de cabello castaño ojos cafés de piel clara.

— En ese instante un grito  se escuchó ambos hombres corrieron adentro de la misma casa cuando en ese momento Vegas vio a pete con las mejillas rojas y sudaba su semblante era de alguien cansando,  pete dijo Vegas acercándose a aquella cama donde se encontraba sin comprender lo que pasaba solo se sentía feliz por haber encontrado a su esposo en ese momento otro grito lo sacó de sus pensamientos y fue ahí cuando se dio cuenta que sus hijos estaban por nacer.

El viajó matrimonio no preguntó nada sabían por la forma que Vegas veía a pete que ambos se pertenecían la partera hacia su trabajo mientras pete con la poca conciencia que tenía reconoció a Vegas tomó  su mano y la apretó fuerte Vegas se colocó junto a su esposo para darle ánimos debía seguir siendo fuerte sus hijos ya estaban por nacer, pete lloraba de felicidad porque su esposo estaría en el nacimiento de sus hijos, al cabo de unos segundos el llanto de un bebé retumbó por toda la habitación de aquella humilde casa.

- Felicidades Es un varón dijo la señora tomando al bebé en sus brazos colocándolo en una sábana blanca para limpiarlo, Vegas quería llorar su hijo ya había nacido un pequeño bebé que aunque estuviera cubierto de sangre era hermoso y por su llanto era fuerte en ese momento otro grito por parte de pete se hizo presente la portera corrió a donde estaba pete y se dio cuenta que aún no terminaba otro bebé venía en camino pete con todas su fuerzas hacia todo lo posible para que su bebé naciera y así fue al poco tiempo un segundo llanto se hizo presente otro varón anunció la señora tomando al segundo bebé, Vegas le dio las gracias a pete por sus esfuerzo pero algo no estaba bien en pete se dieron cuenta aún seguía con contracciones la partera le dio el bebé que tenía en sus manos a vegas en lo que atendía a pete la preocupación se vio reflejada en su semblante veía a pete muy cansando y eso le preocupaba.

—  es increíble   decía la señora su esposo aún no termina de dar a luz viene otro bebé en camino, vegas no lo podía creer hasta que después de tanto esfuerzo un último llanto se escuchó  es una niña mientras la envolvían en una sábana al igual que sus hermanos, tanto el viejo matrimonio y la partera tenían a los bebés mientras los limpiaba y buscaban un lugar donde colocarlos, después de un rato Vegas fue directo a  ver a pete mientras el se  encontraba durmiendo lucía muy cansado después de todo dar a luz a 3 niños no era algo fácil pero le agradecía tanto por haberle dado una hermosa familia, por qué gracias a su amor el había cambiado ahora no le interesaba ningún tipo de venganza solo quería que su familia fuera feliz.

   Vegas agradecía al matrimonio y a la partera  por ayudar a su esposo y a sus hijos  y les pidió un favor les dio un sobre y una dirección para que fueran por ayuda debía llevarse a su esposo pero no lo quería dejar solo, el matrimonio le regaló una sonrisa y aceptó mientras salían lo felicitaron por ser padre de 3 niños que eran muy especiales al igual que su madre.

En  un pequeño sofá pegado junto a la cama donde dormía pete se encontraban 3 bebés dormidos dos hermosos niños y una hermosa niña que era la viva imagen de su hermoso esposo su princesa dijo Vegas estaba feliz porque después de todo ahora los tenían en su vida, poco a poco pete fue despertando cuando vio a vegas lloró no podía creer que el estuviera enfrente de él

– amor, como nos encontraste, yo te juro que no quería desobedecer solo que ...

tranquilo pete todo está bien no importa nada ahora lo único que importa es que estás bien tú y nuestros hijos

— no puedo creer que sean tres  bebés vegas después de todo aquella partera tenía razón eran más de un bebé.

–  Te amo pete y sabes ahora solo debemos preocuparnos por sus nombres y en contar otra cuna...

Pete comenzó a reír después de todo lo que habían pasado desde que se conocieron hasta llegar a este momento lo único que podía pedir era que su felicidad nunca terminara...

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