SALVAJE

46. Supervivencia

Pete gritaba por ayuda observaba como se obscurecia y tenía miedo no quería morir al menos quería que sus hijos vivieran los dolores habían calmado cuando les habló a sus hijos rogando paciencia pero cuanto más ellos podrían aguantar, cuando todo vio perdido y con mucho esfuerzo se levantó de aquella cama y vio en la mesa una llave y rogaba que fuera la de aquella cadena que tenía, cuando la insertó en el candado suplicaba que se abriera y como si sus ruegos fueran Escuchados y el candado se abrió la felicidad se hizo presente en una sonrisa.

Con mucho cuidado el doncel salió de la cabaña con la esperanza de volver a su hogar pero rápidamente la sonrisa de pete se desvaneció alrededor de él solo habia monte y mas monte no conocia el lugar donde se encontraba y por si fuera poco el sonido de un trueno aturdio a pete mientras iluminaba todo a su alrededor observo que estaba solo en medio de la nada volvio a introducirse en aquella cabaña donde al menos para esa noche era su lugar seguro.

- respiraba muy profundo tenia mucha hambre solo habia desayunado algo ligero y eso ya tenia horas se culpaba por salir de nuevo de su casa por buscar de nuevo el amor de su madre las lagrimas caian en el suelo mientras se lamentaba por querer obtener de nuevo el cariño de su madre cuando esta se lo había dicho mientras no dejes a tu esposos no eres mi hijo, ahora estaba en esta situación por su necedad se acomodo en aquella incomoda cama con frio se abrazo a su grande vientre para protegerlo buscaria como regresar a su hogar aunque eso fuera lo ultimo que hiciera.

  Quería dormir pero el sonido de la lluvia y los truenos no lo dejaban ahora estaba solo con dos pequeños que no dejaban de moverse a pete le preocupaba cuanto más podría ser capas de aguantar, se había imaginado dar a luz pero con la compañía de vegas dándole ánimos y que él fuera el primero en cargar a sus hijos, solo cerró sus ojos esperando que la mañana fuera un poco mejor.

  — los rayos de luz entraban violentamente en aquella cabaña despertando a pete quien se levantó cuidadosamente y salió a inspeccionar un poco, caminó un poco y se dio cuenta que era un pueblo algo retirado de donde vivían alguna vez pasó en compañía de su madre cuando salían de paseo pero casi nadie pasaba por ahí siguió caminando sin olvidar su camino y encontró un árbol de mangos rápidamente corté algunos al menos tendría que comer él y sus bebés se sentó debajo de aquel árbol a comer agradecía que este árbol estuviera aquí al menos de hambre no moriría.

Cuando terminó cortó algunos más por precaución y los colocó en su abrigo que ahora le servía como costal para su comida cada vez que avanzaba no encontraba nada era solo más árboles y monte cuando la fatiga estaba por vencerlo escucho voces se asustó pero su instinto de supervivencia fue más fuerte y pidió ayuda para su fortuna era una pareja de viejitos que recolectaba mangos pete pidió ayuda rápidamente el matrimonio le ayudó algo en el corazón de pete lo calmó pero en ese momento su cuerpo no respondió y se desmayó.

 
— ya había pasado un día entero donde no había noticias de pete todos lo seguían buscando nadie había descansado durante la noche vegas no se rendía, debía encontrar a su esposo y a sus hijos cuando un mensajero le entregó una carta al leerla solo se tensó sus miedos salieron y como siempre pensó su tío estaba detrás de esto rápidamente tomó su caballo y salió en dirección a la casa Theerapanyakul.