Ese día, cuando la luna ya no refleje suficiente luz y las miradas se cansen de reemplazar la mía, me tocarás la puerta. Luego te arrancarás las uñas y la piel porque no estoy. Dejarás un charco de sangre, y entenderás el líquido rojo que brotaba cada día desde fuera de tu puerta.
Es que me asustaba
tocarte
la puerta.
Y me quedaba afuera
(sangrando).
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Instancias sin vos
PoesíaSon los fragmentos que escribo pensando en tu recuerdo, lo que mi corazón jamás se atreverá a decir en voz alta, lo que mi mente grita cuando estiro mi cuerpo y no te toco. Lo que grita el alma no es lo que te dirá mi boca, no es lo que te diré a la...