¿Sí viste la sangre?

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Ese día, cuando la luna ya no refleje suficiente luz y las miradas se cansen de reemplazar la mía, me tocarás la puerta. Luego te arrancarás las uñas y la piel porque no estoy. Dejarás un charco de sangre, y entenderás el líquido rojo que brotaba cada día desde fuera de tu puerta.

Es que me asustaba

tocarte

la puerta.

Y me quedaba afuera

(sangrando).

Instancias sin vosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora