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Naruto sintió cómo su cuerpo se relajaba al ver a Sakura marcharse, pero la tensión en el aire era palpable. Menma, todavía enojado por el enfrentamiento con Sakura, seguía mirando hacia donde la mujer había desaparecido, su pequeño cuerpo aún vibrando con la adrenalina de lo ocurrido.

—Menma, lo hiciste bien. Pero es importante que aprendas a controlar tus emociones, incluso cuando alguien te provoque.— Dijo Naruto, agachándose para estar a la altura de su hijo. El pequeño lo miró con sus grandes ojos azules, llenos de confusión.

—Pero, mamá, ella fue la que empezó. ¡No tenía derecho a hablarte así ni a tratarme mal!— Exclamó Menma, cruzándose de brazos, claramente frustrado.

Sasuke observó la interacción en silencio, su mente llena de pensamientos contradictorios. Nunca había esperado que su relación con Naruto llegara a este punto, ni que su propio hijo fuera testigo de tal conflicto. El Uchiha suspiró profundamente antes de dar un paso adelante.

—Menma, tu madre tiene razón. Sakura cometió un error al hablarte de esa manera, pero no podemos responder con más enojo. Eso solo empeora las cosas.— Dijo, tratando de calmar al niño. Sus palabras eran firmes pero no duras, buscando una conexión que sentía que se estaba desmoronando.

Menma miró a Sasuke, su pequeño rostro mostrando una mezcla de resistencia y respeto. Quería rebelarse, pero algo en la voz de su padre lo hizo reconsiderar.

—Está bien...— Murmuró Menma, bajando la mirada al suelo.— Solo quería que las cosas fueran diferentes...— Admitió en voz baja.

Naruto sintió una punzada en su corazón al ver la tristeza en los ojos de su hijo. Sabía que Menma solo quería una vida normal, pero la situación era todo menos eso.

—Lo sé, cariño.— Dijo Naruto, abrazándolo con ternura.— Pero recuerda que pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti. Y aunque las cosas no sean perfectas, siempre haremos lo mejor que podamos.

Sasuke observó la escena con una mezcla de tristeza y arrepentimiento. Sabía que había perdido mucho tiempo y que ahora estaba pagando el precio. Quería acercarse más a su hijo, quería ser parte de su vida, pero sabía que el camino no sería fácil.

—Naruto...— Sasuke comenzó, vacilando un momento antes de continuar.— Quiero hacer las cosas bien. Quiero estar aquí para Menma, para ti. Sé que no puedo cambiar el pasado, pero quiero ser parte del futuro.

Naruto lo miró, sorprendido por la sinceridad en su voz. Durante años, había anhelado escuchar esas palabras, pero ahora que lo hacía, sentía una mezcla de emociones que no podía describir. Parte de él quería creer en Sasuke, quería darle otra oportunidad, pero otra parte temía que todo volviera a derrumbarse.

—Sasuke... no es tan simple.— Respondió Naruto, apartando la mirada.— No es solo sobre nosotros. Es sobre Menma, sobre su bienestar. No puedo arriesgarme a que sufra más.

Sasuke asintió lentamente, comprendiendo el dilema de Naruto. No era el mismo joven impetuoso que solía ser; había aprendido a valorar lo que realmente importaba, aunque fuera demasiado tarde.

—No espero que me perdones de inmediato. Solo quiero que sepas que estoy aquí, dispuesto a hacer lo que sea necesario. No por mí, sino por Menma... y por ti.— Sasuke dijo con firmeza, su mirada intensa fijada en Naruto.

Naruto sintió un nudo en la garganta, pero antes de que pudiera responder, Menma intervino.

—Entonces demuéstralo, papá.— Dijo con una madurez que sorprendió a ambos adultos.— No quiero más promesas. Quiero ver lo que harás para cambiar las cosas.

Las palabras de Menma resonaron en el aire, creando un momento de reflexión profunda para todos. Naruto sabía que Menma tenía razón, y aunque sus propios sentimientos estaban enredados, sabía que lo más importante era el bienestar de su hijo.

—Muy bien.— Dijo Naruto finalmente, mirando a Sasuke con determinación.— Te daré la oportunidad de demostrarlo, pero si alguna vez haces algo que ponga en peligro a Menma, esto se acaba. No habrá una segunda oportunidad.

Sasuke asintió, aceptando las condiciones.

—Lo entiendo. No te defraudaré.— Aseguró el Uchiha.

Mientras caminaban en silencio, Menma notó que su madre parecía más pensativo de lo habitual. Sus ojos, usualmente llenos de alegría, ahora estaban ensombrecidos por la preocupación.

—Mamá...— llamó Menma, rompiendo el silencio.

—¿Sí, cariño?— respondió Naruto, aunque su voz sonaba distante.

—¿Estás seguro de que papá va a cambiar?— preguntó Menma, su tono lleno de incertidumbre.

Naruto se detuvo, sintiendo que el peso de la pregunta era demasiado grande para su hijo. Miró a Menma a los ojos, sabiendo que no podía ofrecerle garantías.

—No lo sé, Menma. No puedo prometerte que todo será perfecto, pero lo que sí sé es que todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Y si tu papá realmente quiere cambiar, entonces debemos darle esa oportunidad.— dijo Naruto, su voz suave pero llena de convicción.

Menma asintió lentamente, intentando procesar las palabras de su madre. Era difícil para él, siendo tan joven, entender la complejidad de las relaciones adultas, pero confiaba en su madre más que en nada.

—Solo... solo quiero que estemos bien.— murmuró Menma, apretando la mano de Naruto.

Naruto lo abrazó una vez más, sintiendo cómo su corazón se apretaba al pensar en el futuro. Sabía que el camino sería largo y lleno de obstáculos, pero mientras tuviera a Menma a su lado, estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío.

—Lo estaremos, Menma. Lo prometo.— susurró Naruto, con la firmeza de alguien que no estaba dispuesto a rendirse.

Llegaron a un nuevo campo de entrenamiento donde Sasuke ya los esperaba. La tensión en el ambiente era palpable, pero había una determinación silenciosa en los ojos de todos.

—¿Listo para entrenar?— preguntó Sasuke, intentando sonar más casual de lo que realmente se sentía.

—Sí, papá.— respondió Menma, con una nueva chispa de determinación en su voz.

Y así, padre e hijo comenzaron su entrenamiento, con Naruto observando de cerca, preparado para intervenir si fuera necesario. Mientras entrenaban, Naruto no pudo evitar sentir una leve esperanza de que, quizás, las cosas realmente podrían mejorar.

El entrenamiento fue duro, pero Menma no se quejó ni una sola vez. Sasuke notó el cambio en su hijo, viendo cómo se esforzaba más de lo habitual, como si quisiera demostrar algo. Sasuke se esforzó en guiarlo, corrigiendo sus movimientos con paciencia y cuidado, algo que no siempre había mostrado antes.

Naruto observaba cada interacción, analizando cada detalle. Podía ver que Sasuke estaba realmente intentando ser un buen padre, y eso le daba una pequeña esperanza. Pero también sabía que solo el tiempo diría si esos esfuerzos serían suficientes.

Finalmente, después de horas de entrenamiento, Sasuke decidió que era suficiente por hoy.

—Muy bien, Menma. Eso es todo por ahora.— dijo Sasuke, ayudando a su hijo a levantarse del suelo.

—¿Ya terminamos?— preguntó Menma, respirando con dificultad pero con una sonrisa en su rostro.

—Sí, por hoy. Has hecho un buen trabajo.— dijo Sasuke, y por un momento, una sonrisa genuina apareció en su rostro.

Naruto se acercó, colocando una mano en el hombro de Menma.

—Estoy orgulloso de ti, cariño. Lo has hecho muy bien.— dijo, su voz llena de orgullo.

Menma sonrió ampliamente, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, las cosas estaban empezando a mejorar.

Pero mientras caminaban de regreso a casa, Naruto no pudo evitar sentir una punzada de incertidumbre en su corazón. Sabía que todavía había muchas preguntas sin respuesta, y muchos desafíos por delante. Pero por ahora, estaba dispuesto a dar un paso a la vez, y a ver a dónde los llevaría este nuevo camino.

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Holi gracias por el apoyo y paciencia a esta escritora que les guste.

Buscando a mi Padre [Omegaverse][Sasunaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora