Buscando una verdad.

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Sentía mucha incertidumbre y tenía un montón de cosas cruzándose por mi cabeza. Genuinamente no sabía qué pensar, tan pronto caigo del cielo en la Ciudad de Melén me envuelvo en un problema como este. Mi diosa tiene razón atraigo los problemas de manera rápida.

Aún me encontraba en el callejón, pero ya habían pasado al menos una hora.

Enfrente de mí había un hombre que solamente podía describir por una palabra. Anonadado, pero no sabía si se debía a un sentimiento de arrepentimiento por haber hecho algo malo o miedo de ser culpado por algo que no hizo.

Para bien o para mal los pocos miembros de la familia Ganesha que había en la ciudad aparecieron. Pensaba que se habían ido de la ciudad tan pronto el distrito escolar se fue, pero en parte me alegra que no haya sido a si.

Cuando llegaron y me vieron, al ser un aventurero de primera clase me preguntaron por la situación. Yo estaba tan confundido como ellos, pero aún asi dije todo lo que sabia.

-Bell Cranell, puedo hablar con usted?

Un miembro de la familia Ganesha algo viejo me llamo. Tenía la piel bronceada y su cabello y Barba eran de color gris, portaba una lanza y un atuendo igual al de sus compañeros.

-Que es lo que hacía usted en la ciudad de Melén y afuera a altas horas de la noche.

Por un momento me tensé, pero traté de responder de la manera más normal posible.

-lo siento, es un asunto de mi familia. Se que es sospechoso, pero si le preocupa estoy dispuesto a hablar con un Dios para confirmar que no tengo nada que ver con este asunto.

Dije con una sonrisa nerviosa y un tanto forzada. La verdad me sorprende ser capas de mínimo sonreír en esta situación.

El hombre me miró un tanto dubitativo. Pero creo que sabía, que al menos respecto al asesinato no tenía nada que ver. Aún así me dijo que de ser ese el caso, de querer confirmar mi inocencia enfrente de un dios, tendría que esperar a que el dios Njord apareciera ya que era el único dios en la ciudad actualmente.

Una preocupación se despejó de mi mente y otra la ocupo casi de inmediato.

Gire mi cabeza hacia el chico que me encontré con las manos llenas de sangre al llegar aquí. Se encontraba esposado y siendo custodiado por un guardia de la familia Ganesha junto conmigo, mientras otros tres analizaban la escena del crimen.

Al parecer, más que nada debido a la impresión no estaba respondiendo preguntas. Por eso es que lo estaban vigilando.

El hombre que se encontraba muerto en el callejón con olor a pescado podrido, había sido apuñalado cinco veces en el pecho por un arma corto punzante, desafortunadamente no se encontró el arma homicida. Las heridas en su pecho eran de una longitud relativamente pequeña, así que dudaba de que una espada lo hubiera matado. Las heridas no sobresalían a la espalda, por lo que sí o sí tenía que haber sido un cuchillo o una daga. Murió por desangrado y por lo visto, para cuando yo llegue habia pasado poco tiempo desde la hora de muerte.

Los únicos sospechosos que se tenían por ahora éramos yo y mi compañero, sabía que simplemente por hablar con un Dios no me zafaría de esto por completo, así que estaría bajo vigilancia. Pensar en eso hacia que me pusiera nervioso, desearía que Lili o Ryuu-san estuvieran aquí. Sus habilidades deductivas nos servirían mucho ahora. Sobre todo para evitar meter en problemas a la familia. Eso era lo que más me preocupaba, si por algún motivo se corre la voz de que soy sospechoso de asesinato, estoy seguro de que me esperará un buen escarmiento al llegar a casa.

- Lamento haberte metido en esto Pies de conejo.

Escuché ese comentario por parte del chico pelirrojo al que encontré pasmado antes.

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