–Unos tipos se lo querían robar_ respondió el rey bajandolo de sus brazos_ lo bueno es que recordó que si maullaba iría por él ¿Será que no eres solo un gato?_ preguntó Lucifer viéndolo, Alastor estuvo tentado a asentir pero sería más difícil explicar su situación después si alguien como Vaggie lo supiera, alguien inflexible, sería capaz de hecharlo del hotel y condenarlo a vagar otros cientos de años.
–Bueno, parece que siempre es inteligente ¿Quiénes eran esos tipos papá?_ pregunto cambiando de tema, sentía que indagar en la inteligencia del animal llevaría a drama innecesario.
–No he escuchado o visto mucho de ellos antes pero creo que se hacen llamar los ¿Vees? ¿Los abejorros?_ hizo una larga pausa.
–¿Vox, Velvette y Valentino?_ hablo angel dust, el rey ladeó su cabeza_ Vox es técnicamente una televisión con patas.
–Entonces si son, ese es justamente el que lo tenía en sus manos_ Husk y Nifty intercambiaron una mirada_ ¿Porqué no huiste de ellos? Ni creas que no me doy cuenta que eres escurridizo_ dijo viendo al felino, parecía que lo estaba regañando, Alastor se dejo caer simulando que estaba cansado, Lucifer soltó una risita al ver lo dramático que era_ Parece que no pudiste cazar tu comida_ había probado darle pero simplemente parecía que no le gustaba lo que le daba como panqueques y pescado así que se rindió y lo dejo salir más.
–Oye Nifty, Porqué no lo llevas a comer_ dijo la princesa pues si estaba cansado era obvio que también tenía hambre, la pequeña pelirroja se levantó y lo alzó en sus brazos, era la única aparte de su padre que lo dejaba tocarlo, sin arañazos o mordidas de por medio.
Esa misma noche Lucifer sabía que estaba dormido y soñando cuando apareció frente a él de espaldas un hombre de traje rojo bastante vintage, con orejas de ciervo y lo que parecía sostener era un micrófono, susurraba su nombre, luego se dió la vuelta y se acercó peligrosamente a sus labios, cuando abrió sus ojos se dió cuenta que si rostro ardía y que quizá era evidente que se había sonrojado.
«¿Porqué he soñado eso? ¿Quién era él? No recuerdo haberlo visto antes» acarició al pequeño gato que se encontraba a su lado_ Pero es mejor que las pesadillas_ sonrió de forma boba y tocó sus labios con su dedo_ Se sintió tan real_ su corazón latío con fuerza y volvió a cerrar sus ojos, no quería despertar a su invitado aunque este había escuchado lo que dijo.
«Asi que el sueño compartido realmente funcionó» pensó mostrando una pequeña sonrisa, ahora recordó que una de las cláusulas de su maldición es que debía ser besado y que mejor opción que el rey, alguien que parecía adorarlo como gato.
Por la siguiente mañana Lucifer sintió una pesadez en su pecho pero más que ser una sensación era verdadero peso, abrió sus ojos justo antes de que el felino llegará a tocar sus labios.
–¿Qué haces? Yo no soy una gata ni un gato_ dijo levantándose, el felino dió un brinquito haciéndose el que no sabía que había intentado hacer y maullo_ ¿Querías despertarme?_ pregunto, el felino asintió frenético aunque sabía que estaba mintiendo_ ¿Tienes hambre?_ un asentimiento más, Lucifer se cambió y lo llevó escaleras abajo, Alastor supo que se había salvado de ser descubierto al menos por esta ocasión.
Siempre que intentaba acercarse a su rostro iba notando que el rey lo miraba con cada vez más sospechas, Lucifer sentía que estaba siendo insistente con el tema y los libros o conocimientos que tenía sobre animales no le daban la respuesta, mucho menos cuando el sueño con ese hombre pelirrojo se hacía cada vez más recurrente y cada vez más vivido haciendo que en más de una ocasión se sonrojará de día al recordarlo o pensar en tenerlo a su lado día con día, el como mostraba ser un caballero.
Todo esto lo lleno de curiosidad y terminó acercando finalmente al felino a sus labios, ya no solo un simple beso en sus mejillas o en su cabeza, claro que lo hizo en su habitación, le daría vergüenza tener que explicar la situación tan rara aunque fuera el infierno.
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La Maldición
Short StoryUn día Lucifer el soberano de todo el infierno encuentra a un misterioso gato rojo en su camino al hotel de su hija, estaba en una caja empapado de algún líquido viscoso. -¿También te abandonaron?_ pregunto poniéndose a su altura era diferente porqu...