Chapter One

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La habitación era oscura, de tonos sensibles al azul y al opaco moderno, guardaba en una mochila azul marino conjuntos y lo necesario para sobrevivir un par meses.

Los cuales estoy seguro serán los peores se mi vida, la cortina apenas dejaba pasar minimos rayos de luz nublada y blanca.

El silencio se adornó con el sonido lento del cierre del bolso cerrándose con todo perfectamente ordenado...y casi al instante el sonido de la puerta luego de un intermediario vacío.

–Andres! Ya es hora irte! Victor te esta esperando para llevarte al aeropuerto...–

La voz sonaba amortiguada por la puerta, era la voz de mi madre, ya es hora de partir, acomodé el polo que llevaba sobre mi suéter, mi pulso tiembla levemente mientras subo la cremallera.

Tomo la correa del bolso, la puse sobre mi hombro cuidadosamente, con una mirada monótona y un nudo, observe la frescura acogedora de mi habitación perfectamente acomodada y vacía.

La cual se siente como lo mas acogedor y seguro, como lo mas agradable y familiar.

Bajé las escaleras, dejando llevar mi mano por la baranda de madera en pasos sordos, ahogando cualquier sonido por la alfombra tenue que los escalones vestían, mi madre me esperaba cerca de la puerta que daba al exterior del apartamento, estaba entrecerrada y hablaba feliz mente en una expresión calida que se siente distante por mis pensamientos.

Al llegar al final mis pies tocaron la leve luz blanquecina y opaca que caía en la alfombra, provenía de la puerta abierta, la cual se extendió mas por mi madre al ver que venía, dejando ver a mi hermano.

Victor es mayor que yo por 5 años, cabello castaño mas oscuro que el mio, menos rizado, mas tendiendo a ondulado, sus ojos verdes lima me dan la sensación de duda, su sonrisa me da la razón retorcida y sensible de felicidad, solo desde el punto de vista de mamá, todo esta bien, para ella soy un exagerado que no tiene corazon para ver a su abuela.

–Apúrate, vamos a llegar tarde..–

Escapa de la tensión, sonriente e incómodo, sabe como salir de los problemas, les resbala como el agua de la lluvia, lo seguí, cuando estaba a punto de pasar la puerta mi madre toma mi hombro suavemente, es una sensación engañosa y tan materna.

–Es por ella...–

Es probablemente la última vez que la llegue a visitar, siento también sera mi última vez, deja un suave beso simple y reconfortante en mi mejilla, lo siento levemente amargo en mi paladar.

–Dale un beso y un abrazo de mi parte...–

Siento la presión de mi pecho, también la melancolía de la realidad mas allá de mi miedo, ella puede morir, por algo es tan importante que uno de nosotros valla.

–adios mamá– lo pronuncio suave, apenas separando mis labios en el murmullo, nos damos un abrazo tierno.

Se escucha el tono sordo de la tela de nuestra ropa al juntarse, respiramos el aroma, del uno, y del otro en el sonido de la leve respiración.

Ella esta devastada, lo comprendo porque yo también lo estoy...una vez seguí a mi hermano y la puerta se cerró...todo en mi tuvo miedo...tanto miedo....




Las puertas del ascensor se cierran, Victor esta a mi lado mientras el ascensor va bajando lentamente, en un movimiento que da un empujón a tu sentido de equilibrio en el suelo, hay un sonido silencioso, de como va bajando lentamente...

Victor me mira, no hay palabras, el sabe lo que me pasó, aquel día que quise volver a la casa de la abuela por mi cuenta desde el pueblo.

Sabe que es difícil, que es aterrador, que que voy a hacer, que porque acepto ir a regañadientes, sabe todo y no dice nada.

Porque en el fondo se convence de que todo estará bien...de que todo, no significó nada...

El ascensor no tardó tanto en llegar a la planta baja, el estacionamiento es planamente simple.

El dió un paso fuera de el antes que yo, lo dijo sin dirigirme la mirada.

–Mandale mis saludos a la abuela...dile que la quiero..–

Lo dice ahora, con una voz tan sincera como cansada, el también tubo su pequeño trozo de la experiencia en su mas grande apogeo.

Salí del ascensor y lo seguí, casi a su lado, pero a un solo paso hacía atrás, apenas unos pasos noté un auto en especial.

Estaba recostado una tez blanca, de cabello teñido de puntas moradas y unos ojos color cielo azul, una sonrisa tibia y acogedora tomaron sus labios cuando nos vio a ambos, alzó su mano en un saludo agradable.

Al estar justo al lado del auto ambos se dieron un abrazo leve y rápido junto a un discreto beso en la comisura, ambos son una gran pareja y mi cuñado una gran persona.

Con el, el viaje fue agradable, en preguntas triviales y cómodas para mi.

–Hace tiempo que no veía al pequeño Andrés...aunque ya no es ta grande–

Lo primero fue un comentario al aire y aquella segunda oración vino acompañada de revolverme el cabello gentilmente antes de que el entrara al asiento del copiloto y Victor abriera la parte de atrás del auto para meter mi maleta.

No tardamos en partir, el viaje sera largo y es mejor...no volver a posponerlo nunca mas...o sera aún peor...









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Lost RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora