~𝙪𝙣 𝙡𝙤𝙘𝙤 𝙮 𝙚𝙨𝙩𝙪́𝙥𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧~

𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖

El azabache y el albino salieron de la casa del azabache dejando a su ahora ''hijo'' en casa.

Se fueron rumbo a su secundaría los dos juntos, estuvieron hablando de cosas para ponerse de acuerdo de como cuidarian a ren, al llegar a la secundaria se llevaron la mirada de todos al verlos llegar juntos, realmente no era común ver eso todos los días.

Al llegar a su salón cada uno se sentó en su sitio correspondiente mientras seguían hablando como amigos de toda la vida, las miradas no faltaron, los rumores tampoco y las shippers menos, estuvieron así hasta que entró el profesor al salón para empezar su clase de Química.

Estuvieron atentos a la clase aunque de vez en cuando ambos miraban de reojo al otro pero sólo pensaron "de seguro es por que ya somos amigos supongo". A finalizar la clase ambos se fueron a sentar a una mesa redonda donde estaban sus amigos sentados, saludaron y se sentaron en aquella mesa.

-y bueno chicos, ¿por que ahora están tan juntos? -interrogo llendo directamente al grano aquella rubia de nombre bisky.

-es verdad, dicen que los vieron llegar juntos y todo -siguió leorio.

-la verdad a mi también se me hace un poco sospechoso -y le continuo el rubio kuruta.

-Uhm bueno... Es un poco difícil de explicar -respondió el azabache un poco nervioso mientras se rascaba su nuca con una sonrisa llena de nervios.

-es sierto es complicado de explicar -el albino ocultando su leve sonrojo respondió a aquel interrogatorio.

-bien entonces los esperamos para que empiecen a hablar -con una sonrisa hablo el pelirrojo.

-creo que no tenemos de otra -suspiro el albino preparándose para empezar su larga historia.

El albino y el azabache empezaron desde el inicio a contar, desde como se fueron a casa y que isieron ayer junto a ren.

Al terminar de contar su historia sus amigos quedaron sorprendidos aunque luego se calmaron, bisky con una sonrisa le preguntó a gon si podían ir a su casa para conocer al tal ren, cosa que gon aceptó gustosamente y killua solo le aviso al pequeño.

El día paso como cualquier otro, nada interesante, solo con ahora rumores inventados pero nada en especial, al terminar las clases el grupito se fue a casa del azabache aunque sin el albino que tenía que buscar algo en su casa.

Al llegar encontraron al pequeño durmiendo en el sofá, el azabache lo cargo en brazos hasta su cama y lo dejó descansar no sin antes dejarle un tierno beso en la mejilla, bajo al primer piso donde estaban sus amigos sentados en el sofa hablando.

-se quedó dormido, tal vez puedan conocerlo cuando despierte -aviso el azabache con una sonrisa que lo caracterizaba.

-no hay problema, yo puedo esperar -con una agradable sonrisa le dijo el rubio al azabache.

-¿están seguros? No quiero que se metan en problemas, en serio -dejó de sonreír un momento preocupado.

-no hay problema -dijeron al unísono el grupito alegrando al azabache.