Capítulo dos

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El día de hoy me levanté más temprano de lo habitual. 
Lo primero que hice fue tomar una ducha y, posterior a eso, cambiarme. 
Solo tomé un short bastante cómodo; también escogí un top blanco y, para terminar, una camisa holgada de color negro. Después de cambiarme, me dirigí a la cocina para prepararme algo sencillo de desayunar.

Llegando a la escuela, vi a Enid y a Yoko juntas; al parecer, llegaron juntas, pero Yoko, ¿cómo le hizo para convencer al padre de Enid en dejarla ir a la escuela sola?

—Hola, Addams —dijo Yoko con una gran sonrisa.

—Hola —contesté mientras mi mirada se posaba en Enid.

—¿Qué esperas para entrar a la escuela? —comentó Yoko mientras me tocaba el hombro.

—Estaba a punto de entrar, y ustedes, ¿por qué no entraban? ¿Acaso se iban a ir de pinta? —dije con tono de broma.

—Las personas inteligentes no se saltan las clases —dijo Yoko mientras caminaba para entrar a la escuela.

—Inteligente tú, no me hagas reír si ya reprobaste hasta educación física —contesté mientras me reía del comentario de Yoko.

—No digas tonterías y no me hagas quedar en mal con nuestra nueva amiga —dijo Yoko mientras veía a Enid.

—¿Por qué estás tan callada, Enid? —comenté para unir a Enid a nuestra conversación.

—No quiero interrumpir su plática —dijo Enid mientras caminaba con la mirada agachada.

—No pienses eso —contestó Yoko mientras le tocaba el hombro.

Llegando al salón, tuvimos que esperar 15 minutos para que llegara la maestra. Durante esos 15 minutos, Yoko se la pasó hablando con Enid, mientras yo solo veía videos en mi celular, hasta que siento cómo alguien me tocaba el brazo.

—Oye, ¿te gustaría ir a mi casa hoy? —me dijo Enid mientras tomaba asiento a lado de mí.

—Sí, estaría bien, pero ¿a qué hora? —contesté mientras guardaba mi teléfono.

—Saliendo de la escuela estaría bien, ¿puedes después de la escuela? —dijo Enid mientras jugaba con uno de sus anillos.

—Sí, puedo ir, pero yo llego a tu casa; solo me mandas la ubicación, ¿te parece? —comenté justo antes de que la maestra entrara al salón.

—Me parece perfecto, bueno, me tengo que ir a sentar. Hablamos después —dijo Enid mientras se ponía de pie.

Después de la escuela, me dirigí a la casa de Enid, que me había enviado la ubicación. Al llegar, me sorprendió ver que era una casa grande y acogedora. Enid me abrió la puerta y me recibió con una sonrisa.

"Hey, gracias por venir", me dijo mientras me daba un abrazo.

"De nada, gracias por invitarme", respondí mientras entraba en la casa.

La madre de Enid nos recibió en la sala y nos ofreció algo de beber. Mientras tomábamos un refresco, Enid me mostró su habitación, que estaba llena de libros y objetos interesantes.

"Me encanta tu habitación", le dije mientras miraba alrededor.

"Gracias, me gusta tener mis cosas cerca", respondió Enid mientras se sentaba en su cama.

Nos sentamos a charlar un rato, hablando de todo un poco. Me di cuenta de que Enid era una persona muy interesante y divertida.

De repente, sonó el teléfono de Enid. Era Yoko, que nos invitaba a ir al parque con ella.

"¿Quieres ir?", me preguntó Enid.

"Claro, ¿por qué no?", respondí.

Así que nos fuimos al parque con Yoko. Pasamos un rato divertido, riendo y hablando. Pero noté que Yoko se comportaba de manera extraña, mirando a Enid de manera insistente.

"¿Qué pasa, Yoko?", le pregunté mientras caminábamos.

"Nada, solo estoy un poco preocupada por algo", respondió Yoko sin dar más detalles.

Me di cuenta de que algo estaba pasando, pero no sabía qué. ¿Sería algo relacionado con Enid?

Después del parque, nos separamos y cada una fue a su casa. Pero yo no podía dejar de pensar en la forma en que Yoko había mirado a Enid. Me parecía que había algo más detrás de eso.

Al día siguiente, en la escuela, Yoko se me acercó y me pidió que habláramos en privado.

"¿Qué pasa, Yoko?", le pregunté mientras caminábamos por el pasillo.

"Es Enid", me dijo con una voz baja. "Me gusta mucho, Wednesday. Y creo que ella también siente algo por mí".

Me quedé sorprendida. No sabía qué decir.

"¿Por qué me lo dices?", le pregunté finalmente.

"Porque quiero que me ayudes a conquistarla", me respondió Yoko con una sonrisa.

Me sentí incómoda. No sabía si quería ayudar a Yoko a conquistar a Enid, especialmente porque yo misma estaba empezando a sentir algo por ella.

"Lo pensaré", le dije finalmente.

Yoko asintió con la cabeza y se fue, dejándome con mis pensamientos.

Pero entonces, Enid se me acercó y me pidió que habláramos.

"¿Qué pasa, Enid?", le pregunté.

"Quiero saber si puedes venir a mi casa esta noche", me dijo con una sonrisa. "Quiero mostrarte algo".

Me sentí emocionada. ¿Qué podría ser lo que Enid quería mostrarme?

"Claro, iré", le dije finalmente.

Y así, esa noche, fui a la casa de Enid, sin saber qué me esperaba.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora