Falsos Rumores

Epílogo

El taxi avanzaba por las amplias avenidas de Porcelana, mientras las sombras de los edificios altos se dibujaban contra el sol del mediodía. Karuki, recostado en el asiento, miraba distraídamente su teléfono, revisando los detalles de la reunión que lo había traído hasta esa región. Era su primera gran asignación como ejecutivo en la empresa familiar de inversiones, un logro que le llenaba de orgullo. Sin embargo, algo en este viaje lo hacía reflexionar más allá de los negocios. Mientras el sol atravesaba la ventana del taxi, su característico arco dorado brillaba suavemente, reflejando la luz de manera sutil, como si acompañara el hilo de sus pensamientos.

Los recuerdos de su tiempo en Porcelana siempre lo acompañaban, pero ahora, mientras viajaba hacia la empresa que había solicitado sus servicios, se sentía más cerca de ese pasado. Se preguntaba qué habría sido de Sophie, de la que no sabía nada desde hacía años. Tras la graduación de la preparatoria, ella se había desconectado del grupo. No tenía teléfono, desde que estudiaron junto nunca tuvo uno, y aunque sus amigos intentaron mantenerse en contacto, Sophie desapareció de sus vidas sin explicación.

Karuki suspiró, guardando su teléfono en el bolsillo. Sabía que no podía desviarse de su agenda, el trabajo requería su total concentración. Sin embargo, no podía evitar sentir una punzada de nostalgia y de incertidumbre. "¿Qué habría sido de ella?" Se lo había preguntado más veces de las que podía contar.

Sus amigos seguían conectados de alguna manera, incluso a la distancia. Kuro y Satsuki, por ejemplo, se habían casado después de graduarse de la universidad y habían recibido una oferta de trabajo en Galar, un lugar que les ofrecía estabilidad y nuevas oportunidades. Ambos trabajaban como guardaespaldas, un rol que les permitía poner en práctica su destreza en combate y su habilidad para proteger a otros. Para Kuro, esto le daba la emoción que siempre había disfrutado en las estrategias de combate, mientras que Satsuki, con su fuerza y determinación inquebrantables, había encontrado un lugar donde sus habilidades eran valoradas y respetadas. Ahora vivían una vida tranquila en la región natal de Satsuki, equilibrando su pasión por los deportes y su trabajo.

Shiro, por su parte, había sido galardonado con una prestigiosa beca para estudiar en una universidad de renombre en Luminalia, en Kalos. Siempre fascinado por los misterios del universo, Shiro se había dedicado de lleno a la física teórica y la astrofísica, persiguiendo respuestas a las preguntas más profundas sobre el cosmos. Lo mejor de todo era que Juliette, después de años de amistad, había comenzado a salir con él poco después de terminar la preparatoria. Ambos vivían juntos en Kalos, disfrutando de la vida universitaria. Juliette, siempre llena de energía, trabajaba como organizadora de eventos culturales en la ciudad, combinando su pasión por el arte y la creatividad.

Pero Sophie... Sophie siempre había sido el enigma del grupo. Todos ellos habían intentado encontrarla en varias ocasiones, pero nunca hubo respuesta. Parecía que, después de graduarse, ella y su padre se hubieran esfumado del mapa. Karuki no sabía si fue una decisión consciente por parte de Sophie o simplemente las circunstancias, pero la incertidumbre lo había acompañado durante todos esos años.

El taxi giró una esquina, y el edificio de la empresa para la que trabajaba apareció ante él. "Primero el trabajo, luego ya veremos." Pensó Karuki, aunque una parte de él deseaba con fuerza que el destino le diera una oportunidad de encontrarla.

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La reunión en la empresa transcurrió como esperaba. Karuki, con la experiencia acumulada en su corta pero intensa carrera, presentó con confianza la propuesta de inversión. Las gráficas, los análisis de mercado y las proyecciones futuras fueron bien recibidos por la compañía. Era una oportunidad grande para ambas partes, y al final, el acuerdo fue sellado con un apretón de manos.