El sol apenas comenzaba a asomarse sobre los altos edificios de la ciudad de Porcelana, tiñendo el cielo con matices suaves de rosa y naranja, como lo hacía en cada amanecer. En una esquina, lejos de las miradas curiosas, Sophie Girard ajustaba sus lentes redondos, preparándose para otro día en la escuela. Sus pasos eran lentos, pesados, como si el peso de los murmullos y las miradas ajenas la arrastraran hacia el suelo, como si cada mirada fuera una cadena invisible atada a sus patas. Cada día era una batalla silenciosa, una lucha por pasar desapercibida en un mundo que la veía como una sombra, una intrusa en un terreno sagrado donde cada pisada parecía estar marcada por el juicio.
"Hoy será diferente, Sophie. Hoy lo será." -Se dijo a sí misma en un susurro apenas audible, tratando de infundirse valor-
Mientras esperaba en el cruce, los autos pasaban frente a ella, pero su mirada permanecía fija en el suelo. Sin previo aviso, fue sorprendida por su amiga Gengar, que corrió hacia ella como de costumbre, llena de energía. Sophie no levantó la vista, manteniendo su mirada baja, sintiendo el peso de los lentes sobre su nariz, un recordatorio de la barrera que intentaba levantar entre ella y el mundo.
"¡Sophie, buenos días!" –Exclamo Juliette, su voz resonando alegremente-
Su energía infantil y despreocupada que la caracterizaba se hizo presente. Sophie levanto la mirada y apenas pudo sonreír ante el optimismo de su amiga. Juliette siempre intentaba ver lo mejor en cada situación, pero Sophie sabía que la realidad no era tan simple.
"Oh." –Expreso, antes de sonreír- "Buenos días, Juliette." –Más atrás de ella, estaba su otra amiga- "¿Cómo amaneciste el día de hoy?"
"Hoy desperté estupenda. ¡Siento que hoy es el día! Presiento que hoy será diferente, lo presiento Sophie." –Dijo Juliette dando pequeños saltitos-
-Suspiro- "Ojalá tengas razón." –Murmuro Sophie, dándole pequeñas palmaditas con sus alas en la cabeza a su amiga-
Atrás de la Gengar, la tercera integrante del grupo llegaba. Una Samurott de Hisui llamada Satsuki, caminaba hacia ellas con un paso firme y protector. A diferencia de Juliette, Satsuki siempre mantenía una expresión seria, su mirada atenta a cualquier posible amenaza.
"¿Todo bien?" –Pregunto la Samurott de Hisui al llegar, su voz baja pero autoritaria-
-Sophie asintió, aunque ambas sabían que no era cierto- "Si. Todo está bien, Satsuki."
"Eso espero..." –Dijo Satsuki- "Espero que este nuevo año escolar sea diferente."
"¿Huh?" –Observo la seriedad de sus amigas- "¿Porque las caras serias? Hay que ser positivas." –Comento antes de subirse al lomo de su amiga Samurott- "Hoy va a ser un gran día."
-La miro con escepticismo- "Aun no comprendo cómo es que eres tan optimista." –Hablo Satsuki, dejando escapar un pequeño suspiro-
Antes de que pudieran decir algo más, los Pokémon que esperaban comenzaron a moverse. Sophie levantó la vista hacia el semáforo y se dio cuenta de que ya era momento de cruzar. Sin decir nada, las chicas la siguieron en silencio, caminando por las calles de Porcelana en dirección al instituto. Al atravesar las puertas, el bullicio de la ciudad se desvaneció, transformándose en un murmullo constante. Los ojos se desviaban hacia ellas, algunos llenos de desprecio, otros de temor. Sophie sabía bien lo que estaban pensando: "Ahí va la Giratina y sus seguidores", "¿Qué hacen aquí?", "Los fantasmas no deberían mezclarse con nosotros". Eran los mismos prejuicios, las mismas miradas cargadas de juicio, día tras día.
Las tres caminaron hacia su casillero. Pensé a los prejuicio y comentarios, sabían que juntas podían superarlo, como hicieron en otros grados. Pero sabía que la realidad no era tan simple. Era difícil que las cosas cambiaran en una ciudad como Porcelana. En donde la discriminación es la norma.
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Falsos Rumores
Novela JuvenilEn un mundo donde los Pokémon son la especie predominante, la discriminación y el prejuicio hacia los tipos fantasma y siniestro son parte de la vida cotidiana. Sophie, una joven Giratina de 16 años, lucha por encontrar su lugar en una sociedad que...