~Ecos silenciosos~

Capítulo 1: Novilunio.

-''Las semillas plantadas en tempestad torturuosa
pronto florecerán como las más bellas flores de un jardín inmarcesible.''

Su mirara divago por aquel gran lugar, escondida por aquellas puertas de metal, observo con cuidado el conglomerado grupo de adolescentes que parecían tener una amena conversación donde el era un ajeno.

Sus cabellos anaranjados en conjunto de unos bellos ojos cafés que reflejaban un millón de galaxias eran lo único que se asomaba por las puertas.

—Mira Daichi, alguien parece acosarnos!!— El hombrecillo que parecía calvo de los ahí reunidos hablo con entusiasmo y otra cosa que el pelinaranja no pudo identificar. Su cuerpo se estremeció e inmediatamente se encendió tras las estructuras de metal.

—Tanaka!!— Un joven de cabello café y semblante fuerte exclamó, el de cabellos anaranjadizo supuso que era el tal Daichi. 

—Eres uno de nuestros chicos de primero?— La calmada voz del más alto llego a los tímpanos del naranjo que al momento pareció asustarse. Simplemente asintió —Llegas tarde— El de cabellos cafeinados intento bromear con su chico naranja, grave error, el naranjo se asusto por esto e inmediatamente se inclino en repetidas ocasiones.

—Vasta Daichi, asustas al pequeño— Daichi pareció entender.

—Lo siento— El naranja negó dando a entender que no era necesaria la disculpa de su mayor.

—Terminábamos las presentaciones entre compañeros, pero pasa para comenzar una vez más— El chico peliblanco hablo una vez más, la mandarina volvió a disculparse por su retraso —Tranquilo, solo pasa y comencemos una vez más, estas de acuerdo?— El dulce sonar de la calmante voz del blanquecino llego como un melifluo a los oídos de más pequeño, este simplemente asintió en aprobación.

Uno a uno, desde los más raros como el pelón parlanchín que a ojos del naranjo era tierno, hasta un alto demaciado amargado que parecía tan desinteresado incluso de su propio vivir.

Su turno llego, el debía también presentarse.

—Hola, mi nombre es Hinata Shōyō, espero ser de ayuda, mucho gusto!!— La emoción que sentía se reflejaba en su rostro como pringas nuevas de lluvia, los integrantes del Karasuno parecían tan confundidos.

—Tu..... bueno eres mudo?— Suga habló de forma quedita queriendo evitar ofender a su nuevo compañero, el naranjo negó y volvió a su libreta.

—No, es solo que sufro de ansiedad social severa, diagnosticada por profesionales— Mostro a su más fiel acompañante, su pequeña libreta de comunicación. 

Los chicos parecieron entender perfectamente bien la situación y todos lo aceptaron y lo acogieron dentro del grupo.

—Ansiedad social severa, pobre— Asahi susurró para sus dos compañeros de tercero quien observaban al naranjo desde la lejanía quien entablaba una cómoda conversación con algunos de sus compañeros.

—Si— Daichi susurró en correspondencia de su amigo con cara de secuestrador.

—Protegerlo a toda costa es lo esencial, parece tan resplandeciente que me dice a gritos que le proteja de todo mal— Suga hablo tan quedito y dulce observando al más pequeño a la lejanía.

—Claro que lo haremos— Daichi sonrió para Suga, Asahi asintió en respuesta.

La misión que secretamente se propusieron los miembros del Karasuno, la nueva misión, proteger la resplandeciente e inocente alma del enano naranja, de su nuevo sol cautivador.

—Tendremos un pequeños partido de tres contra tres, esto nos servirá para conocer las nuevas habilidades de nuestros niños de primero— Daichi pronunció, una extraña luz resplandeciente dejo ciegos a los cuervos, Hinata parecía brillar de emoción, Daichi sonrió con ternura.

Tsukishima, Yamaguchi y Daichi.

Kageyama, Hinata y Tanaka.

Y el partido dio comienzo, balones iban y venían, puntos por aquí y por allá.

Hinata salto tan alto que parecía volar, la impresión llego a todos, era alucinante y por supuesto que los elogios de parte de los mayores al naranjo no faltaron.

El partido acabo.

Equipo Hinata, ganados con 25 puntos.

Todo había evolucionado correctamente, realmente todos parecían aceptar e integrar al más indefenso de los doce, el pequeño Hinata.

El Novilunio resplandeció en el nocturno cielo estrellado, y con ello una nueva etapa.

Fue corto, lo siento.

Gracias por leer.