Capitulo 4: Anam cara.

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"La hermosa coincidencia de encontrarnos al mirar a la nada, fue mi mayor tesoro"

Para cuándo Shōyō se dió cuenta de que inevitablemente se había alejado de su equipo, miró al cielo con inquietud

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Para cuándo Shōyō se dió cuenta de que inevitablemente se había alejado de su equipo, miró al cielo con inquietud.

Por un carajo, se había perdido.

La eufonia provocada por las aves le tranquiliza un poco el alma, observo detenidamente la quietud del ambiente y un una esquina observo una figura.

De cabello chocoflan, aura reservada y un traje rojo carmesí, parecía solo y tan melancólico por alguna extraña razón, tan aburrido de la vida quizá.

Hinata curioso, quiso acercarse, pero había un problema.

Su libreta, no la traía consigo...

Entro en pánico, como podría comunicarse sin su fiel amiga, sin embargo, la necesidad fue más grande que el obstáculo.

—Hola~ tam-bién te h-h-has per-di-do?~ — La sueve voz entro como un dulce melifluo a lo tímpanos del chocoflan.

El chocoflan con patas volteo la cabeza con ligereza, su corazón latió y sus ojos se clavaron en la profundidad del café claro ajeno.

—Si— susurró atarantado, ¿El amor a primera vista existe? Kenma no lo sabía, y, sin embargo, aceptaba lo que en ese momento sucedía, quizá un paro cardíaco, una insuficiencia renal o lo que fuera, simplemente su corazón quería explotar ante la presencia recién encontrada y ajena a su ser.

—M-mi no-nom-bre es Hi-Hi-Hina-ta Sh-Shō-yō, el tu-tuyo e-es?— O si el Chocoflan parecía tan estúpido, el lo sabía, la mirada aun clavada profundamente en el alma del naranjo quien le tachaba quizá de acosador y maníaco.

"Hermoso" fue el pensamiento inminente que tuvo después de haberse purificado el alma con la voz celestial que Buda convenientemente había mandado par el, la amo y la adoro con toda su alma —Kenma... Kenma Kozume— respondió aún hipnotizado.

Hinata sonrió hermosamente, y eso reconfirmo la teoría que Kenma había estado carburando en su mente.

"Es un ángel, el más bello que jamás veré" si Kenma había caido sin pelear si quiera.

Waaaa tu ta-ta-también ju-juegas vo-volei-bo-bol Había dos cosas que Hinata amaba, su pequeña hermana, y el voleibol, y el voleibol le emocionaba de sobre manera.

—Si— Más monotonía no podía haber. Kemna anuncio con calma.

E-en q-que p-po-posicion ju-juegas?— Pregunto con emoción, todo su ser parecía resplandecer y Kenma quedó cegado por tanta luminosidad.

—Setter— Hinata vibro de emoción, cuál cascabel de fiesta patronal. Kenma quiso reir por esto.

Q-que g-genial— La hermosa sonrisa del naranjo apreció, y una extraña sensación de deseo trajo con ella en Kenma.

Deseo de tener esa sonrisa para siempre.

Eternamente.

—Kenma!— Una fuerte voz se hizo escuchar, Hinata santo de susto y Kenma miró molesto a su amigo.

—Kuroo— Kenma espeto con un deje de molestia, Kuroo le observo un segundo y luego se pasó por el culo la situación.

—Hora de irnos Kenma— Y sin más que decir Kuroo comenzó a andar de regreso a por donde vino.

—Te vere pronto, Shōyō— Kenma sonrió con cariño, Kuroo le miró como si le hubiera crecido un segunda cabeza, sin embargo no dijo nada.

Y entonces el tercero de la colección entro en juego.

Un juego donde perdería la cordura.

Un juego donde perdería la cordura

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~Ecos silenciosos~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora