CAP. 3

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Promesa.



Estoy sentado aquí, al lado de este... este... Loco,  ¿Cómo terminé aquí? No lo sé. Me parece que fue un error, un descuido, un momento de estupidez. Pero aquí estoy, atrapado en este infierno con este tipo que me repugna, que me hace sentir enfermo.

No tengo opción. Me guste o no, necesito su ayuda. Y eso es lo que me mata, lo que me hace sentir el triple de jodido. Porque sé que no puedo confiar en él, que es un psicópata que solo se preocupa por sí mismo.

Pero aquí estoy, sentado a su lado, tratando de tragar mi orgullo y mi repugnancia. Tratando de convencerme de que esto es necesario, de que es el único camino para sobrevivir.

Pero cada vez que miro a Alastor, siento que me estoy vendiendo al diablo. Que estoy haciendo un trato con el mismo infierno que me ha consumido. Y no sé si podré salir de esto con mi alma intacta.

La camioneta frenó de golpe, como si Alastor hubiera pisado el freno con todas sus fuerzas. Yo, Lucifer, me vi lanzado hacia adelante, sin poder evitar el impacto. Mi nariz se estrelló contra el tablero, y un dolor agudo me explotó en la cara.

—¡Maldito seas!—, gruñí, girándome hacia Alastor con rabia. —¿Qué diablos haces?—

Alastor se encogió de hombros, con una sonrisa burlona en su rostro.
—Te dije que te abrocharas el cinturón—, dijo, como si eso justificara todo.

—¡Eso no es excusa!—, le grité, mi nariz sangrando. —Podrías haberme advertido, podrías haber...—

Alastor me interrumpió, su voz cortante. —No soy tu niñera, Lucifer. No estoy aquí para cuidarte. Estoy aquí para sobrevivir y tú estas de chicle—.

Me miró, con una mirada fría y desafiante. —Así que la próxima vez, abróchate el cinturón. O sufre las consecuencias—.


“A eso me refiero que es un completo imbécil "




Alastor se bajó de la camioneta con un salto ágil, mientras guardaba sus armas con un movimiento rápido y preciso. El lugar era un desierto desolado, sin un alma a la vista. Pero lo que captó mi atención fue la carnicería que se erguía enfrente de nosotros, como un monumento a la muerte y la desolación.

El olor era insoportable, un hedor a carne podrida y sangre seca que me hizo retroceder.
—No voy a entrar ahí—, dije, negándome rotundamente.

Alastor se rió, una risa seca y burlona. —No tienes opción, Lucifer. Necesitamos provisiones y información. Y este es el único lugar donde podemos conseguirlas—.

Me negué a moverme, mi estómago revuelto por el olor. —No voy a entrar en ese matadero con olor a mierda. Prefiero morir de hambre—.

Alastor se encogió de hombros.
—Como quieras. Pero no digas que no te advertí—. Y con eso, se dirigió hacia la carnicería, dejándome solo en la camioneta.

Maldije en voz baja , Pero sabía que no tenía opción, así que seguí a Alastor por detrás, como un perro que sigue a su amo.

Cada paso que daba sentia el estómago revuelto , el olor a carne podrida y sangre seca se hizo más intenso, hasta que parecía que me estaba ahogando en un mar de putrefacción.

Finalmente, llegamos a la entrada de la carnicería, un lugar que parecía sacado de un infierno. La puerta estaba cubierta de sangre seca, y el cartel que colgaba sobre ella parecía estar hecho de huesos humanos.

Alastor empujó la puerta y entró, sin mirar atrás. Yo lo segui y  la oscuridad nos envolvió, como si estuviéramos entrando en la boca del infierno mismo.

Y entonces, vi lo que había dentro. Carne colgando de ganchos que estaban cubiertas de larvas y moscas comiendo de esta misma, parecían como trofeos de caza y la Sangre en el suelo, como si fuera un río de muerte. Y Alastor, en medio de todo, sonriendo como un desquiciado.

—¿Qué rayos estas buscando aquí?—, le pregunto a Alastor, mi voz resonando en la carnicería . —¿Qué maldita cosa puede haber en este agujero podrido que valga la pena?—

Alastor no se detuvo, siguió buscando algo dentro de los cajones debajo del mueble, como un perro que husmea en la basura. —Paciencia, Lucifer—, me dijo, su voz baja y monótona.
—Estoy buscando algo que nos ayudará a sobrevivir—.

—Sobrevivir?—, le escupí. "¿En este infierno? No hay nada que valga la pena sobrevivir aquí solo somos yo y tú cabeza retorcida —.

Alastor se detuvo, mirándome con una sonrisa burlona.
—Tú no entiendes, Lucifer. Aquí hay cosas que pueden cambiarte la vida. O acabarla en un parpadeo —.

Siguió buscando, como si estuviera obsesionado. Y yo me quedé allí, mirándolo, preguntándome qué diablos estaba pasando por su mente retorcida. ¿Qué estaba buscando?

Alastor finalmente encontró lo que buscaba, debajo de un tapete polvoriento y olvidado. Su mano emergió del agujero, cerrada en un puño triunfal, y una sonrisa se extendió por su rostro como una mancha de aceite en el agua.
—Bingo—, dijo, su voz llena de satisfacción. —Las encontré—.

Lucifer lo miró, su expresión una mezcla de confusión y fastidio.
—¿Qué  son esas llaves?—, preguntó, su voz llena de impaciencia.

Alastor se levantó, las llaves en mano, y se dirigió hacia la puerta. —Nuestra próxima parada—, dijo, sin mirar atrás, —será la vieja escuela , el jardín de los niños o demonios haora—.

La respuesta de Alastor fue como un golpe en el estómago para Lucifer.
—¿Una escuela?—, repitió, su voz llena de incredulidad. —¿Qué carajos vamos a hacer en una escuela?—

Alastor se rió, una risa seca y burlona. —Pronto lo descubrirás solo no te descuides, por qué podrias terminar como Adán —, dijo, abriendo la puerta y saliendo al exterior. — No me gustaría matar a un enano, no sería divertido.—

—Vuelve a mencionar mi estatura y juro que te voy a disparar en la cabeza—




Pero Alastor ni siquiera se inmutó, no le dio importancia a la rabieta de Lucifer. Sacó un cigarro de su bolsillo trasero y lo encendió con una calma que enfureció aún más a Lucifer.

—Lucifer..—, dijo Alastor exhalando  el humo del cigarro, —si vas a dispararme, te agradecería que lo hicieras cuando me convierta en un monstruo—.

Lucifer se quedó atónito, su ira momentáneamente olvidada por la sorpresa. —¿Qué quieres decir?—, preguntó, su voz llena de confusión.

Alastor miró a Lucifer con una intensidad que hizo que se estremeciera. —Prefiero morir siendo humano que ser un monstruo—, dijo, su voz llena de convicción. —Así que, si vas a matarme, hazlo cuando ya no sea humano—.

La respuesta de Alastor no la esperaba . No entendía qué estaba pasando, qué secreto oscuro escondía Alastor. Pero lo que sí sabía era que la situación estaba fuera de control, y que la muerte acechaba en cada sombra.

—De acuerdo, lo hare..— dijo lucifer mirando como el humo salía de los labios de Alastor llenando el lugar a olor a tabaco



—No me vallas a fallar —



Alastor salió de la carnicería mientras lucifer lo seguía detrás con un mal presentimiento..



















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Cap cortito pero el siguiente lo van a disfrutar nenis. Solo advierto que será bastante sádico ⚠️

APOCALYPSE -RADIOAPLE. ‼️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora