RAABTA|| Julián Álvarez

- llamada

Hoy fue un día muy movido. Me levanté a las 06:15 am ya que tenía una propaganda, luego de hacer la propaganda que termine al medio día me dirigui a una sección de fotos la cuál terminó hace dos horas a las 18:00 hs.

Llegué a mi casa hace una hora y media, me bañé y arregle para ir a Londres.

Termine de armar el bolso para pasar todo el fin de semana allí.

Había acordado con Julián que él iría conmigo y se quedaría en mi apartamento ya que si no se tendría que quedar en un hotel y él no tenía muchas ganas de hacerlo.

A Juli lo había visto el miércoles, el día de su partido, desde entonces no lo había visto.

solo un día sin verlo y parecía un año.

Hace un rato me había avisado que estaba en camino a mi casa así que lo estaba esperando.

El beso con Julián cambio muchas cosas en mí, siento algo muy fuerte por Julián, pero no sé si estoy preparada para una relación, o no se si quiero que lo nuestro avance tan rápido como sucedió.

Nunca sentí algo así por una persona en tan poco tiempo, y no sé si él sentirá lo mismo por mí.

El timbre de mi apartamento sonó logrando que salga de mi transe y me encamine hacia  la puerta.

Abrí la puerta y un Julián sonriente y con un ramo de flores en la mano me recibió. Abrí la boca ante la sorpresa y él sonrió.

— paso o me quedo acá afuera?— preguntó.

— ay perdón, pasá — me hice a un costado y él paso, cerré la puerta detrás de él y gire en mi lugar.

— no me va' a saludar?— preguntó, yo me acerque hacia él con una sonrisa y le dejé un beso en la mejilla, él me miro indignado— dalee, ya nos dimos un beso bien, dame otro.

Sin pensarlo dos veces, Julián me tomo de la cintura acercándome a él y me beso nuevamente. Fue un beso lento, parecía querer dejar reflejado en el, el cariño que me tenía.

Una vez nos separamos él sonrió — te extrañe rubia, te traje flores.

Yo tomé las flores y sonreí — si así te tengo con un beso no me quiero imaginar más

—¿Que no te querés imaginar? Decilo textualmente, rubia — se acercó a mí

Me arrepentí rápidamente de haber dicho eso. El color rápidamente subió hacia mis mejillas.

— ¡basta Julián!— lo rete, él rio— me pongo roja y no quiero.

— a mi me encanta' cuando te pone' roja— dijo como si nada mientras seguía cada movimiento que hacía.

Deje las flores en un florero con agua y me acerque nuevamente a él que se encontraba sentado en la punta del sillón.

— gracias por las flores Ju, me encantaron— dije abrazándolo y tirando me hacia él logrando que ambos caigamos en el sillón, yo encima de él.