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Hermoso ojos negros que brillan a pesar de la oscuridad: Umbra.
«VANCE»
Nunca le he prestado mucha atención a los jardines de la mansión Addams, sinceramente siento que nunca tuve el tiempo para hacerlo, solo cuando mis padres se iban de viaje o no estaban a mi alrededor es que podía respirar un poco, pero me centraba en eso, no en mi alrededor. A pesar de tener todo lo que cualquier persona desearía, hablando material y económicamente, me sentía aburrido, solitario y vacío. Y no es algo de lo que me percaté antes, no, es algo que veo ahora que estoy lejos de todo lo que una vez conocí. No me siento mal, tengo miedo, pero es algo que sé que puedo dominar, los miedos se apagan con valentía, y he comenzado a ser valiente, al menos un poquito cada día.
Sonrío un poco al ver otra flor bastante peculiar, su tallo es marrón opaco, es un color que sé que muchos pasarían por alto, solo se fijarían en la hermosa rosa roja que este sostiene elegantemente, pero en mi caso, tengo algo por los detalles pequeños y en ocasiones “feos” qué muchos pasan por alto, así que me es imposible no quedarme viendo el tallo con atención, su color hace resaltar la belleza de su flor, no hay duda de eso, pero tiene su propio encanto, por ejemplo, sus espinas son pequeñas y tienen un leve color plateado qué si no te fijas bien, podrías pasar por alto, son hermosas y todo gracias a que el tallo las hace relucir al ser tan opaco.
—¿Qué ves, cariño? —Un delicioso escalofrío me recorre el cuerpo al oír su voz.
Viene hacía mí, sus pasos son tranquilos y elegantes, sobre sus labios puedo ver una pequeña y atractiva sonrisa, no creo que algo en mi prometido no sea atrayente. Es caliente cómo el infierno… Aunque nunca he estado en el infierno. Meneo la cabeza intentando concentrarme, cosa que se vuelve difícil cuando de repente Blaise libera una risa larga y profunda, una risa que me remueve algo por dentro, algo que no es nada normal, porque estoy tentando a ir por él y besarlo tan mal que hasta se me olvide como respirar. Salgo de mis fantasías cuando siento una de sus manos sujetarme por la nuca, ahora él está a escasos centímetros de mi boca, esa que mira con deseo, un deseo que sin duda alguna tenemos en común.
—S-Siempre te ríes, ¿tengo algo en la cara o qué?
—Sí —Trago saliva ante la intensidad en sus ojos—, tienes unos ojos que parecen un abismo al que me arrojaría mil veces, cada vez que me miras me revolucionas el interior —Parpadeo sorprendido y con el corazón a mil—. Y no olvidemos esa nariz preciosa, y Dios esa boca deliciosa que me tienta cada vez que la veo, es una locura lo loco que me pones, quiero besarte todo el tiempo.
—C-Creo que te gusto mucho.
—Me fascinas, Vance Addams.
Y no lo detengo cuando se inclina y me besa, me besa de una manera que jamás nadie me beso, y que sin duda alguna, acaba de convertirse en una de mis favoritas, él me besa como si yo fuera todo, todo para él. Sus labios desbordan mis sentidos, lo juro, estoy enloqueciendo, lento, así como sus besos. Besos que me hacen sentir diferente, como si fuera yo por primera vez en la vida, me hacen desear que funcione, que todo se dé completamente entre nosotros. ¿Y no es loco qué sienta temblar mi alma solo con sus besos? Sí, una completa locura. Una que me gusta demasiado.