Primera Parte: Cartas para Anónimos

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28 de Febrero del 2024

Anónimo

Estimado Anónimo:

Lamento profundamente la situación en la que la he metido, créame; que irónica es esa palabra, ¿Desde que tiempo perdió confianza en mí o la sigue teniendo? Como seguía con mi carta. Disculpe el desperdicio de tiempo que le he provocado, sé que usted estuvo conmigo desde que solo era un niño que soporto mi falta de inteligencia, que mi falta de empatía con mis responsabilidades la desgastó físicamente (y que me dejó roto por dentro), ojalá hubiera una forma de otorgarle la juventud que me sobra actualmente, se lo merece.

Lamento no tener el coraje que a usted le representa tan bien y que sería difícil no poder observar en su personalidad. Y hago referencia a ese carácter poderoso que tiene, que la llegó a envidiar pues ya no estaría destrozando su espalda con mi peso si tuviera ese coraje, indudablemente me hubiera ido desde hace tanto tiempo, tiempo suficiente para que usted respira los nuevos aires que vendrían a su vida sin recordar mi voz. Y solo tuviera el recuerdo vago de conocer a una persona con mi nombre.

Por último siento mucho haberlo hecho gastar tanta cantidad de dinero, ese dinero reconozco que costó demasiado esfuerzo, insultos, lamentos, el ser menospreciada. He tratado de pagarle estos últimos años, pero no creo poder pagarle todo lo que ha hecho por mi... Aunque la verdad.

Todo esto se podría resolver hablando desde un inicio, pudimos tomar caminos diferentes para que yo no fuese su cruz por estos 21 años, pude haberlo hecho mejor, y le agradezco que aún así se tome la molestia de señalar las fallas que cometí. Pero si lo pienso, no, tengo que irme y ser alguien más, tal vez así la culpa que usted provoca en mí se marche.

Atentamente, Dorian 



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