Poema 25- No me puedo obligar a sufrir

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No me puedo obligar a sufrir,
aunque el corazón a veces grite,
y las noches se vuelven largas,
buscando en sueños lo que no se encuentra.

En el rincón de la plaza,
con un jeep azul y miradas curiosas,
tu presencia, Amor, me llama,
como un faro en la tormenta de dudas.

Corro tras el camión de helados,
entre risas y luces fugaces,
mi corazón palpita al compás
de un amor que no puedo apresar.

En las carreteras oscuras y frías,
donde la esperanza se vuelve bruma,
me detengo, buscando una señal,
en el eco de tu nombre, la calma.

No me puedo obligar a sufrir,
en medio del caos y la confusión,
pues en cada abrazo imaginado,
encuentro, paz y una nueva ilusión.

𝕮𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖘𝖔𝖘𝖙𝖊𝖓𝖌𝖆𝖘 𝖒𝖎 𝖒𝖆𝖓𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora