𝗔

94 19 5
                                    

Los últiimos días todo era la misma rutina, me despertaba, Emi venia y se quedaba, algo que odiaba era que no podía disfrutarla como quería hacer por el cansancio que tenía, solo quería dormir, tampoco tenía hambre pero al estar Emi me obligaba y ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los últiimos días todo era la misma rutina, me despertaba, Emi venia y se quedaba, algo que odiaba era que no podía disfrutarla como quería hacer por el cansancio que tenía, solo quería dormir, tampoco tenía hambre pero al estar Emi me obligaba y tenía que comer si o si.

Mi familia también me visitaba a menudo, casi ni hablábamos porque yo no tenía ganas ni de hablar, estaba tan cansado que hasta hablar me costaba.

Cuando dormía, bueno, cuando intentaba dormir, escuchaba a Emi llorar, sé que ella pensaba que no la escuchaba, pero sí lo hacía.

Si les soy sincero, solo seguía luchando por ella, y por mi familia, no soportaba imaginarme a Emi o a Sandra sufrir tanto por mí, pero era algo que iba a pasar inevitablemente.

A veces me daban ganas de dejar de luchar y partir cuanto antes para no sufrir más, pero luego pensaba en ella, en mamá, en papá, en mis hermanos y no podía.

El doctor me había recomendado que dibujara o pintara en un cuaderno para distraerme y hacer algo.
Lo único que podía pintar o dibujar es a Emi, con su pelo rojo, sus ojos verdes brillosos y su sonrisa hermosa.

Incluso empecé a escribir una carta para ella, para cuando yo no esté más, una carta que no acabé porque no me sentía capaz de despedirme. Aún no.

Solo sé que cuando me despida de ella, no será una despedida directa, y que después de hacerlo, me rendiré.

hasta el final, duki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora