Semanas después
Juliana manejaba a toda velocidad tratando de llegar a la gasolinera más cercana, cuando su camioneta se detuvo a media carretera.
-Maldita sea-manoteaba el volante
-Hola preciosa necesitas ayuda- le decía un hombre
-No gracias
-Pero es tarde y tú solita...
-No, gracias
-De lo que te pierdes
Sonó el claxon de un coche
-preciosaaaaa, baja, déjame ver qué le pasó a tu camioneta-insistía el hombre
-Ya te dije que no y déjame en paz
Juliana sube el vidrio de su camioneta y mientras busca su celular, escucha que dan algunos toques a la ventana de su puerta. Dispuesta a ponerle un alto al hombre que creía la seguía molestando, sin fijarse abre la puerta y al momento de hacerlo se da cuenta que a la persona que empujó fue a Valentina.
-Auch...- decía Valentina desde el piso
-Dra. Carvajal, perdón es que un idiota me estaba molestando y por buscar el celular abrí la puerta sin fijarme, déjame te ayudo a levantarte- le tendió la mano
-Ya me di cuenta, pero ¿qué te pasó? - decía mientras se sacudía
-Me quedé sin gasolina y no encuentro mi celular para llamar a la grúa
-En la camioneta traigo un bote, vamos a la gasolinera, solo movamos un poco tu camioneta, si no te multarán
-Peroo... ¿tú sabes cómo hacerlo?
-¿Hacer qué?
-Vaciar gasolina de un bote a la camioneta
-Clarooo, a esta hermosura a veces le gusta hacerme maldades y dejarme a medio camino- le señaló su camioneta
Entre las dos empujaron la camioneta y se dirigieron a la gasolinera, antes de regresar Valentina vio que cerca había un puesto de tacos y su estómago rugió.
-¿Tienes prisa Dra. Valdés?
-No, ¿por qué?
-Ven acompáñame a cenar
-mmhh
Juliana miraba expectante el puesto de tacos, mientras Valentina salivaba conforme esperaba el taquero las atendiera
-Buenas noches Güerita ¿qué les vamos a servir? - Les decía el taquero
-Deme tres de pastor- contesto Valentina
-¿Y a usted Güerita?- Se dirigía a Juliana
-Yo...
-¿No te gustan los tacos?- Le susurro Valentina a Juliana
-No los he probado
Valentina abrió la boca sorprendida
-Ten, prueba de uno de los míos, así sabrás si te gustan o no - Le acercó el plato Valentina a Juliana
Juliana mordió el taco, pero Valentina le había puesto demasiada salsa, ocasionando que Juliana empezará a toser y sudar por lo picoso de la salsa
-Esta rico, pero demasiado picoso- le respondía mientras se echaba aire y le tomaba al refresco de Valentina
-ooh, lo que pasa es que me gustan así de picosos
-Es demasiado para mí
-Pero solo comiste menos de medio taco
-me refiero a lo picoso
-aaah, Dra. Valdés, sí la mayoría de la sabrosísima comida mexicana tiene picante, no me digas que ¿no la has probado?
-Mi abuela Perlita, es una gran cocinera, y en las vacaciones me hacía distintos platillos mexicanos, pero eso ya tiene como 10 años, y como estudié en el extranjero y no se me da cocinar, te imaginaras que solo me defiendo con la comida precocinada y la de la cafetería de hospital
-Pues permíteme darte un tour por la exquisita comida mexicana en especial la callejera que suele ser la más deliciosa
-¿Tampoco sabes cocinar?
-Si se, solo que me encanta la comida callejera, pero no le digas a mi mamá...
-trato, solo si me dices Juliana
-bien Juliana, pero tú dime Valentina
-señor deme tres como los que le dio a ella
Al terminar se regresaron por la camioneta de Juliana y mientras Valentina colocaba una manguera, le pedía ayuda a Juliana para vaciar la gasolina al tanque de la camioneta
-Me ahorraste un buen de tiempo, gracias Valentina
-Tú me ayudas, yo te ayudo, además tenemos un tour pendiente
-Claro
Y los días pasaron, Valentina y Juliana por sus ocupaciones solo fueron a la fonda de la esquina del hospital por unos chilaquiles y un café de olla, dando así el inicio a tour gastronómico propuesto por Valentina
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Open Arms
FanfictionJuliana Valdés una cirujana cardióloga que no creía en el amor, conoce a Valentina Carvajal cirujana pediatra recién llegada al hospital Franklin y con una ruptura amorosa a cuestas, lucharan por sus ideas y sus sentimientos. Sin saber que el destin...