Capítulo 21

2 1 0
                                    

El día era nublado.

Muchos estaban en su casa, frente a una chimenea tomando chocolate caliente junto a su familia.

Era un día normal en los hogares de muchos.

Pero al día siguiente sería muy diferente. Muchas cosas cambiarían para mal.

El descubrimiento de dos cuerpos en el bosque abre una caja de pandora que nunca debió de haber sido abierta.

Y sin darse cuenta, muchos serian participe de la gran tragedia que sucedería en un futuro.

Cada quien tendría un pedazo de responsabilidad de lo que sucedería en un futuro.

Dafne había muerto y de las cuatro personas que habían presenciado su muerte, solo una se opondría a guardar el secreto.

Aiden pensó que la chica podría integrarse a su grupo pero su comportamiento la llevo a su muerte.

El chico no entendía el nuevo cambio de Eris, pero no se oponía tampoco.

Dalia era indiferente a todo, no tenía bien definido el concepto del bien y el mal.

´´Si la chica murió, es porque se lo busco´´, pensaba ella.

Rubén estaba asustado, nunca había visto a una persona muerta.

La extraña muerte de Dafne lo seguía atormentando.

Varios días habían pasado desde lo sucedido.

Dalia, Aiden, Rubén y Eris habían sido interrogados por policías, el tercer día después del descubrimiento del cuerpo de Dafne, sin embargo, el único que tuvo problemas fue Rubén.

Todos los conocidos de la chica se reunieron en el cementerio para despedirse de ella.

Su muerte había sido espantosa.

Los forenses no podían dar crédito a lo que veían.

No podían siquiera imaginar el nivel de crueldad que tenía su agresor.

Tanto así que su tumba nunca fue abierta para que así su rostro no fuera expuesto.

Elatzaca, alias Elizabeth, junto a su amiga Madeleine estaban de luto junto a su familia.

Como sus amigas, ambas estaban destrozadas.

Rubén solo pudo abrazar a su novia sin verla a la cara.

El remordimiento lo mataba.

Ese día muchos lloraron, muchos se lamentaron que ya no tendrían entre ellos a Dafne.

Muchos estaban feliz por su muerte, otros le daba igual y otros temían por su vida.

Pero sobre todo. Ese día una persona fue señalada entre todos como la culpable de su muerte.

Eris tenía mucho que ver, siendo ella la asesina debería ser la más afectada y ni siquiera debería de estar en su funeral.

No es que su piel fuera gruesa.

Es que ella había cambiado.

Tener a todos reunidos en el funeral de la chica. Ver como sufrían y lloraban sobre su tumba cerrada era satisfactorio para ella.

Y ella, sinceramente deseaba más.

Deseaba ver sangre siendo derramada. Quería oír gritos de sufrimiento, de miedo, de odio…

No sabía en lo que se estaba convirtiendo, pero no le importaba cambiar ahora.

Era el turno de ellos de sufrir.

Voces De AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora