Baby Akaza

🍬 Cap. 4 🍬

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En algún momento, durante la madrugada, Kyojuro se removió entre sueños, cambiando de posición, quedó boca abajo, el bebé no lo sintió al instante, pero luego de un par de horas se percató que ya no estaba acurrucado contra el cuerpo del mayor, no pudo continuar durmiendo.

Al notar lo profundamente dormido que estaba el adulto se puso algo triste, tendría que esperar a que despertara, sin más opción, permaneció acostado, quietecito, intentando retomar el sueño, luego de varios minutos se dio cuenta que no solo no tenía sueño, sino que estar simplemente acostado sin hacer nada era increiblemente aburrido, necesitaba entretenerse en algo, se acercó gateando a la cabeza de Kyojuro, el revoltijo de cabello rubio llamó sumamente su atención, tomó con cuidado un mechón, sintiendo su textura y admirando el brillante color claro, fascinado se llevó el mechón de cabello a la boca, comenzó a chuparlo, como lo haría cualquier bebé.

Estando dormido, Kyojuro sintió un ligero cosquilleo en su cabeza, no era del todo molesto por lo que continuó durmiendo con tranquilidad, al sentir un inesperado jalón de cabello fue cuando se despertó, alarmado, ¿Alguien intentaba atacarlo mientras dormía? Se puso de pie en un movimiento, listo para repartir golpes.

Lo que no esperaba era escuchar el feo azotón que se dio Akaza cuando cayó al suelo, este se soltó a llorar de forma estruendosa.

- ¡Ay, no! –chilló asustado, cargando al bebé que daba sendos gritos. – Lo siento mucho mi amor, no me di cuenta de que eras tú el que me jalaba el cabello. –se disculpó tallándole la carita y arrullándolo para que se calmara.

Poco a poco el bebé dejó de llorar al sentir los besos cortos y caricias, empezó a olvidar el fuerte golpe que se dio en la cara, Kyojuro suspiró y sonrió aliviado, Akaza bebé era muy fácil de tratar, luego de tanto arrullo comenzó a dormitarse entre sus brazos, lo cual era bueno, el pequeño demonio vería limitadas sus actividades durante el día, lo único que podría hacer sin mayor problema sería dormir, él mismo empezaba a sentir sueño cuando unos horribles golpeteos casi derriban la puerta de su habitación.

- ¡KYOJURO! ¿QUÉ FUE ESE ESCÁNDOLO QUE ME DESPERTÓ? –gritó Shinjuro hecho una furia, aporreando la puerta.

Kyojuro, sin pensarlo mucho, corrió enseguida a esconder al bebé, se le hizo fácil dejarlo debajo de un montón de ropa limpia que aún no había planchado y guardado.

- Por favor bebé, espérame solo un minuto, si te quedas quieto y en silencio te daré… ¡Un regalo!

Ni él sabía qué estaba prometiendo, no tenía mucho que ofrecerle a Akaza, pero esperaba que le creyera el cuento.

Acto seguido se acercó rápidamente a la puerta antes de que su papá la destruyera.

- Buen día padre. –saludó con un bostezo falso.

- “Buen día padre” –lo imitó el viejo con tono ridículo. – ¡¿Qué demonios fue ese ruido?! ¡Es demasiado temprano para tus estupideces!

- ¿De cuál ruido hablas, padre? –preguntó Kyojuro con voz ingenua, fingiría demencia hasta el final de los tiempos.

- ¿Cómo que cuál ruido? ¡Un llanto, unos gritos, yo qué sé! ¡Estaba durmiendo! ¡Pero algo me levantó y aún no es mediodía!

- Yo no escuché nada, ¿Es posible que tuvieras una pesadilla? Ya sabes, cuando tomas mucho suele pasar…

Shinjuro se quedó callado, era posible que lo hubiese soñado o imaginado, miró fijamente a su primogénito en busca de alguna mentira, pero se veía sereno y muy seguro de lo que había dicho, no había escuchado nada, tendría que creerle, de los dos, el sobrio era Kyojuro.

- Como sea, me regreso a dormir… ¡Nada de ruidos! –gritó lo último dando un severo portazo en su propio cuarto.

Exhaló la bocanada de aire que no sabía que estaba reteniendo, su padre sí que tenía un mal genio, ¿Cómo podría darle nietos en un futuro si no toleraba el simple llanto de un bebé?

Se sonrojó levemente al imaginar a sus futuros hijos, procuró no indagar mucho en aquellas recurrentes fantasías, tomando en cuenta su oficio como Pilar... se exponía a constante peligro mortal, siendo realista no debía ilusionarse demasiado…

Antes de cerrar su puerta echó un largo vistazo hasta el final del pasillo para comprobar si su hermanito no se asomaba por casualidad, si no había intervenido significaba que no estaba cerca de ahí, era posible que estuviera en la cocina preparando la comida o en su defecto, había salido a realizar las compras del día, un conflicto menos pensó con alivio, mentirle a su papá era fácil, lo complicado sería engañar a Senjuro.

Se dirigió a la pila de ropa para desenterrar al pequeño demonio, se sorprendió al ver que este había hecho una especie de nido juntando todas sus prendas, ahora se encontraba durmiendo sin mayor reparo.

Otro problema menos pensó nuevamente, si Akaza dormía todo el día no tendría que ocultarlo de su familia, no tendría que protegerlo del sol, ni alimentarlo con sangre, así dormido era lo mejor, para todos.

Porque estaba plenamente consciente que, apenas Akaza regresara a su forma adulta, tendría que decapitarlo sin titubear.

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Notas de autor: disculpen la demora, lo que he tenido últimamente ha sido como un bloqueo, tengo varios capítulos escritos de mis otras historias en curso pero son solo borradores que tengo que revisar primero.

Muchas gracias por continuar leyéndome 🩷