𝐅𝐈𝐕𝐄

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Jay tenia una actitud extraña durante los ultimos días. Jake podía notar que a Jay le molestaba algo y que ese algo tenía que ver con el.

Jay lo había estado ignorando, no se reía de sus bromas, no le hablaba cuando comían, no lo miraba, no le sonreía. Haerin le dijo que quizá era el estrés de sus exámenes, pero Jake no estaba muy seguro de eso.

– ¿Sabes por qué Jay hyung me esta ignorando? – le pregunta a Sunghoon, quien estaba comiendo con el.

– No, no hablo mucho con el.

– Me a estado ignorando desde hace unos días, ¿Estará enojado conmigo?

– No lo creo, te tiene aprecio, Jay casi nunca se enoja con sus menores.

– Es tan raro, hablaré con el cuando llegue.

Y como si sus palabras fueran magia, Jay llegó a la casa, paso junto a ellos, ignoro las miradas que le dieron y solamente comenzo a subir las escaleras.

– Jay, ya llegaste, ¿Te fue bien hoy? – preguntó amablemente.

Jay lo ignoro y siguió subiendo.

– Oye, Jake te hizo una pregunta – Sunghoon lo regaña, pero lo vuelve a ignorar – No seas grosero Jay.

– No tengo ganas de hablar – dijo antes de entrar a su habitación y cerrar la puerta con fuerza.

– Definitivamente algo no está bien con el.

– Te lo dije, así esta todos los días.

– Hablaré con el más tarde.

Sunghoon se levantó de la mesa y se dirigió a la puerta.

– ¿A dónde vas?

– Tengo que ver a unos amigos, regresó para cenar.

Sunghoon salió de la casa y Jake se quedó completamente solo en el comedor. Terminó su comida y se dirigió a su habitación, jugó un rato con Layla y después de un rato Haerin estaba tocando la puerta de su habitación.

– Adelante – Dice Jake.

Haerin entra y se sienta con el en la alfombra.

– Hola Jake.

– Hola Haerin, ¿Cómo te fue en tu entrenamiento?

– Bien, ¿Sabes donde esta Jay?

– Si, esta en su habitación.

– ¿Sigue enojado?

– Eso creo, hace rato le dijo a Sunghoon que no quería hablar.

– Eso es raro...

– Sunghoon dijo que hablará con el más tarde, después de la cena supongo.

– No es buena idea, Jay y Sunghoon no se llevan bien desde... Desde que pasó eso, ya sabes, comenzó a tomar y se hizo un completo inmaduro.

– Quizá el que le recordará eso lo puso de mal humor.

– Quizá, pero no pienses que es tu culpa.

– No.

– Tengo hambre, ¿Comemos papas antes de cenar?

– Claro.

Ambos chicos bajan hasta la cocina y toman una bolsa de papas, luego se dirigen a la mesa para comer juntos.

Jay baja las escaleras y camina frente a ellos, directo al jardín.

– Jay, comemos papas, ¿Quieres una? – Pregunta Haerin.

– No tengo hambre, gracias. – Es lo único que dice y luego sigue su camino.

𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora