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"Hasta las cicatrices bien curadas vuelven a doler de vez en cuando"

- Amantedefrases



02:56 de la mañana, la lluvia caía a cántaros en Valdivia. Doña Isabel cargaba a su hija entre sus brazos de apenas 3 meses de vida, no encontraba manera de hacerla callar, la tenía enferma y lo único que quería era ahogarla con una almohada.

Era una madre demasiado joven, ¿qué se supone que haría con un bebé siendo ella una persona de 36 años de edad?, era imposible cuidar de un ser humano que apenas le ayudaba a quedarse en silencio, estaba casada.

Se escabullo por unos arbustos qué tenía cerca, no le importo en la más mínimo que hiciera casi - 4 grados bajo cero. Dejo am bebé en el suelo arropado de algunas ramas y una que otra hoja que pillo por ahí. Rezo 26 ave marías arrodilla frente al cuerpo del bebé.

Quizás si rezaba se le iría la culpa de ser un monstruo, pensaba ella. Se levantó sacudiendo su vestidos para salir corriendo a tropiezos del lugar de los hechos.

Doña Isabel había abandonado a su propio hijo a espaldas de su esposo, aunque de por si no importaba, si el hombre de traje también la dejo.

Lo que Doña Isabel no supo, fue que ese bebé sobrevivió gracias a esos rezos que canturreo. Jamás vio venir que 26 años después, su hijo le dedicará uno de los versos más tristes de su corta vida.

Los versos de un hijo dolido y comprensible, los versos de un hijo que lo único que quería una mamá.

𓍯


Ella, mi madre.

Ella, mi madre,
La de cabello largo y sedoso,
Una mujer fina,
Que no conozco.

Ella, mi madre,
A quien le falta amor,
Una vez en mi nacimiento,
Ella jamás existió.

Supongo que fue temor,
O quizás la falta de calor.
Ella, ¿mi madre?,
Una mujer que nunca me perteneció.

La de sonrisa blanca,
y corazón Piadoso,
más de mí, no tuvo amor,
ella, mi madre,
La mujer de cartón.

Ella mi madre,
Una maravillosa,
Ella mi madre,
Una gran actriz,
Ella mi madre,
quien no tiene un final feliz.

Conocía al hombre de fino traje,
se enamoró, ¿mujer ignorante?,
quizás hablo desde el enojo,
y por su abandono constante,
Ella mi madre, ella mi madre,
La de mirada perdida y
y amor deambulante.

Una mujer fría,
una mujer sin alma,
¿Qué culpa tenía?
si tan solo te quería.

— Almendra.

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𓍯 𝙊𝙟𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙥𝙤𝙚𝙩𝙖. // 𝑷𝒐𝒆𝒎𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora